El Paris Saint-Germain goleó 4-0 al Mónaco en la final de la Supercopa Francesa. El partido dejó varios nombres propios como el de Neymar que volvió a enfundarse la elastica del PSG, Di María que marcó un doblete o Buffon, que no sólo fue protagonista por sus paradas.
El guardameta italiano volvió a protagonizar una de las escenas que quedan en la retina de los aficionados. En el minuto 63 de partido, con 2-0 a favor de los parisinos, Aholou notó molestias en su pierna derecha y se fue al suelo.
La anécdota podría haber quedado ahí, si no fuera porque el veterano portero, recién llegado al equipo de Tuchel, aprovechó que el balón salió del campo para acudir al rescate del joven centrocampista monaguesco.
Como un padre a un hijo, que por edad podrían pasar perfectamente, 'Gigi' mostraba una vez más que en el fútbol no todo son goles y que hay victorias que se consiguen sin el balón en juego. Gran lección.