El Málaga se llevó los tres puntos del Benito Villamarín de la manera más práctica, aprovechando el balón parado y dando escasas ocasiones a los locales.
Sin embargo, su triunfo fue mucho menos claro de lo que cabría esperar al contemplar los primeros 5 minutos de partido. Y es que los visitantes dispusieron de tres ocasiones clarísimas para hacer el 0-1, pero primero Charles no tuvo suerte y luego Albentosa y Cop se encontraron con un espectacular Adán que evitó el primer gol malaguista en sendos remates a bocajarro.
No mejoró el equipo bético en la primera mitad, en la que estuvo a merced de un Málaga que aprovechó su superioridad en la banda izquierda. Chory Castro fue un martillo constante que machacó a un flojo Montoya y en ningún momento dio la sensación de que el Betis pudiera adelantarse en el marcador. Su única ocasión clara en la primera mitad, un remate alto de Westermann en un saque de esquina.
Pero el paso por los vestuarios cambió el decorado del choque. El Betis salió mucho más centrado y se hizo con el esférico y el control del partido, encerrando al Málaga por momentos en su área. Dos ocasiones casi idénticas de Rubén Castro, que no acertaron a ser remachadas en el área pequeña por Damiao, fueron las más claras de los verdiblancos en esta fase inicial de la segunda mitad, pero con el paso de los minutos el dominio de los de Merino se volvió estéril.
Tanto fue así que el Málaga acabó por creerse de nuevo que tenía opciones de vencer. Y lo logró gracias a una falta lateral, en el único remate a portería en toda la segunda mitad. Adán, salvador en la primera parte, salió en falso, y la prolongación de Camacho se coló sin que nadie pudiera impedirlo. Quedaban menos de 10 minutos y el golpe fue letal para un Betis que volvió a las andadas en casa.