Los grandes partidos se deciden por detalles, y Canadá recordará para toda su historia esta igualadísima semifinal que ha disputado en el Ibaraki Kashima Stadium frente a la Selección Estadounidense, que acabó decepcionando.
En juego estaba un pase a la final de Tokio. En el otro lado del cuadro, Australia o Suecia serán el rival para una Canadá que ya tiene suficiente motivo para celebrar durante este lunes, ya que ha conseguido superar a su principal rival.
Desde el comienzo, Estados Unidos quiso demostrar y llevar el mando del encuentro, pero le costó ser superior y superar el muro canadiense, siempre fiable y liderado bajo palos por la infalible Labbe, clave en el segundo tiempo.
El guion de partido fue claro, pero la primera parte tuvo poco interés, en parte por la lesión de Naeher, que se lesionó la rodilla tras una mala caída y este parón de varios minutos dejó helado el partido sobre el minuto 20.
A Canadá le beneficiaba un ritmo bajo de partido frente a una Estados Unidos que era teóricamente favorita y que buscaba su sexta final de unos Juegos Olímpicos, pero nunca expuso argumentos de verdadero peso para llevarse el partido.
Morgan decepcionó y, en el segundo tiempo, Rapinoe entró en su lugar. Canadá no cambió de plan y Estados Unidos apretó con dos remates que Labbe repelió a saque de esquina, el último fue el más peligroso procedente de un saque de esquina.
Y cuando mejor estaba Estados Unidos, llegó el mazazo de Canadá. Rose presionó bien a Davidson, que se equivocó al despejar y derribó a la atacante canadiense. El VAR lo vio, la colegiada señaló el punto de penalti y Fleming no perdonó desde los once metros.
La suerte tampoco estuvo del lado estadounidense. En el 86', en un buen centro de Rapinoe, Lloyd estrelló el balón en el larguero. Canadá no dejó escapar su ventaja y, tras eliminar en cuartos a Brasil, se carga a su gran rival para hacer historia y estrenarse en una final.