Inglaterra y Nueva Zelanda, que iban a traspasar al fútbol su enorme rivalidad en el rugby el próximo 12 de noviembre, tendrán que quedarse con las ganas. El amistoso entre ambos países, que se iba a disputar en Wembley, fue cancelado.
El CEO de la Federación de Nueva Zelanda, Andrew Pragnell, lamentó la decisión: "No es algo para tomar a la ligera. Era un partido que todos queríamos jugar, pero, tal como están las cosas... Una parte importante de la Selección tendría que hacer cuarentena y otras restricciones al volver a Nueva Zelanda y no se puede".
"La velocidad con la que las restricciones en los vuelos cambian por el COVID-19 provoca que no tengamos una seguridad de poder reunir una buena selección para Wembley y cancelar el partido a última hora no es una opción", continuó.
Según Pragnell, Nueva Zelanda se centrará ya en el próximo parón de selecciones, que tendrá lugar en marzo y que dará el pistoletazo de salida a la clasificación al Mundial 2022 de Catar.