Tras caer 5-0 en la final de la Copa del Rey frente al FC Barcelona, el Sevilla despidió a Vincenzo Montella y le entregó el banquillo a Joaquín Caparrós, que tuvo que desempolvar el chándal tras una ocaso como entrenador marcado por los fracasos en Mallorca, Levante, Granada y Osasuna.
Sin embargo, la causa sevillista revitalizó al de Utrera, que transpira sentimiento rojiblanco por los cuatro costados y asumió el reto con tanto orgullo como pundonor. Tres triunfos (Real Madrid, Real Sociedad y Alavés) y un empate frente al Betis fue el balance de Caparrós, que consiguió pasaporte para la Europa League.
Acabó la temporada y el Sevilla se encomendó a Pablo Machín, que, tras otro curso convulso, firmó su finiquito al caer eliminado de Europa por el Slavia de Praga. De nuevo Caparrós tuvo que hacerse cargo del equipo, con la difícil papeleta de levantar un vestuario hundido para pelear por los puestos Champions.
En los cinco encuentros que ha disputado este curso, Caparrós suma cuatro victorias y una derrota que le devuelven a la zona noble de la tabla. Hasta la fecha, en los nueve encuentros de urgencia que lleva disputados en ambas campañas, el balance es de siete victorias, un empate y una derrota.