Titular en Vigo ante el Celta en el primer partido de la temporada, titular en el Santiago Bernabéu en la visita del Valladolid en el segundo duelo y titular con doblete incluido en el último partido de Liga disputado ante el Villarreal, pese a que finalizó el encuentro antes de tiempo por doble amarilla.
Si a todo esto le sumamos su liderazgo el pasado viernes ante Azerbaiyán, en un duelo en el que consiguió el tanto de la victoria con la Selección de Gales en el minuto 84 de partido, no hay duda que el momento de Gareth Bale es único y especial.
Después de una temporada en el que el centro de todas las miradas ha estado puesto en su supuesta salida del Real Madrid, finalmente Zidane decidió contar con el atacante galés, el hombre que mejor está respondiendo a sus exigencias en lo que llevamos de temporada.
Enchufado de cara a la portería rival, con tres tantos anotados ya en cuatro encuentros oficiales, Bale vuelve a ser el jugador que aterrizó en la capital española derrochando calidad, potencia y fortaleza.
Gareth ha vuelto a dejar al rival sentado sobre el césped con una velocidad digna de sus mejores días, Gareth ha vuelto a ser el protagonista consiguiendo puntos vitales por el devenir del equipo, Gareth ha vuelto a ser un líder dentro y fuera del terreno de juego.
Un resurgir de Bale al que asiste ahora tanto el Real Madrid como la Selección Galesa que da esperanzas a la afición, a un madridismo necesitado de aquel liderazgo que ya se le pidió en el pasado curso tras la salida de Cristiano Ronaldo, pero que nunca terminó de aparecer. El de Cardiff vuelve a ser 'expreso'.