La afición todavía daba muestras de confianza. El equipo de Pepe Mel, con el nuevo técnico en el banquillo, ha demostrado que no se le da nada bien jugar en casa. A domicilio, todo lo contrario.
Tiene muchos problemas el conjunto 'pío pío' para llevar la iniciativa. Es por ello que convenció y ganó en Riazor, y logró un valioso empate en el Nuevo Los Cármenes.
Ante Mallorca y Elche este domingo, Las Palmas debió dar un paso adelante y ser verdaderamente superior a su rival. No lo fue y demostró que no está al ritmo del resto de competidores por entrar al 'play off'.
Rafa Mir tuvo la única opción de gol destacable en una primera parte en la que primó el 'centrocampismo' de Mel y Pacheta. El Elche llegaba poco y siempre por mediación de Yacine Qasmi, que, a pesar de no haber marcado, ha demostrado tener muchos estigmas de '9'.
Durante el segundo tiempo parecía haber fases de partido en las que los locales se animaban, pero era solo una ilusión. El cuadro ilicitano cada vez que pisaba el área rival, creaba peligro. Poca contundencia en la zaga amarilla.
Y la defensa de Las Palmas, más concretamente Cala, fue determinante para que el único tanto del partido subiera el marcador. Un despeje infantil del ex del Getafe dejó muerta la pelota en el área para que Carlos Castro, tras un cambio de pie fabuloso, marcara a placer.
El que fuera delantero del Mallorca fue determinante, al igual que Édgar Badía, que firmó una actuación soberbia para dejar su portería a cero. El Elche saca oro de la desesperación de Las Palmas, que dice prácticamente adiós al ascenso.