El Ministerio del Interior informó de que se produjeron 292 arrestos en toda Francia, en el marco de las celebraciones tras el Mundial. 90 de ellos fueron en París, y el resto en el resto del país.
En los disturbios en que se convirtieron muchas de las celebraciones fueron heridos 45 policías y gendarmes.
El ambiente fue por lo general festivo, pero principalmente en París, Lyon y Marsella se produjeron actos violentos contra la policía que velaba precisamente por que eso no sucediera.
Se reventaron lunas de comercios, se quemaron contenedores e incluso se llegó a saquear algunas tiendas. Los cuerpos del orden respondieron con contundencia, y procedieron a dispersar a la multitud violenta incluso con chorros de agua a presión, mientras ésta respondía con piedras y adoquines a los policías y gendarmes galos.