El Málaga fue de más a menos y eso lo aprovechó un Eibar que, sin hacer su mejor actuación, cumplió con su parte: morder y tratar de no conceder demasiadas vías al rival.
El de Mendilibar es un conjunto que sabe optimizar sus limitados recursos y aprovechar las debilidades del adversario. Así ganó al Málaga: tres centrales no evitaron el tanto del brasileño.
El bloque de Míchel fue desinflándose. Hasta que le duró la gasolina, Kuzmanovic espoleó al conjunto costasoleño. De sus botas nacieron las jugadas más clarividentes del Málaga, que no fueron muchas.
Si Kuzmanovic guiaba, Juanpi ejecutaba. El venezolano firmó las dos mejores ocasiones de la primera parte. Una lamió un poste y la otra la blocó Dmitrovic. Le faltó tino al talentoso mediapunta.
La ley del ex
El Eibar se limitó a esperar en la primera mitad y salió con el cuchillo entre los dientes en la segunda. Detectó falta de entendimiento entre los tres centrales y por ahí vino el gol decisivo.
Primero lo intentó por la derecha y terminó desnivelando por la izquierda. Un balón colgado lo acabó rematando Charles. El brasileño pidió perdón e impuso nuevamente la famosa 'ley del ex'.
Míchel sacó a Ontiveros y Jony para aumentar el voltaje en ataque, pero el Málaga, ya con un Kuzmanovic desfondado, no supo hacer sudar a Dmitrovic.