El Mirandés no pudo darle continuidad a la épica de haber derrotado al Sevilla en la Copa del Rey haciendo lo propio con el Rayo Vallecano. Encuentro trabado, embarrado y con pocas ocasiones claras en el que faltó la salsa del fútbol, el gol, para que se hubiera animado la contienda.
Los de la capital se hicieron con el control de la pelota sobre el verde de Anduva, pero no estaban siendo capaces de generar mucho peligro. Sus rivales defendían como lo que son, como 'jabatos'. De ahí que soltara De Frutos un misil lejano que impactó en el larguero.
También estaban más acertados los locales en términos ofensivos: llegaban menos, pero con más posibilidades de adelantarse. De hecho, antes de que le diera al larguero De Frutos, ya tuvo una clara Joaquín que paró Dimitrievski. Jémez se desesperó y sacó a Tito por Saúl en el 39'.
Cambiaron las tornas en el segundo acto y eran ellos los que se acercaban con más decisión al área rival. Pero la defensa mirandesa es la defensa mirandesa: infranqueable. Malsa cortó una volea de Catena en el área y, poco después, Limones paró un chut cruzado de Andrés Martín.
La imprecisión se apoderó de los mirandeses, que sí que seguían esbozando una defensa rocosa. Conforme pasaba el tiempo, las ocasiones fueron a menos y el duelo se embarró y transformó en una pelea por controlar la posesión de la pelota.
No pasó prácticamente nada en el tramo final. Daba la sensación de que se estaba jugando a gol de oro: quien marcara se iba a llevar los puntos, pero nadie lo hizo. Cabe destacar que el Rayo lo intentó más en estos compases. Se acabaron firmando las tablas.