Fue extraño. Muy extraño. El remate de Catena, intencional o no, a punto estuvo de ser un golazo, pero Jasper Cillessen lo evitó, aunque poco pudo hacer para tapar el tiro de Isi, quien cazó el rechace a quemarropa.
Pongámonos en situación. Atacaba el Rayo por su flanco derecho, y puso un balón al corazón del área. El centro, raso, parecía destinado a Alejandro Catena, pero en su carrera se había adelantado a la zona a la que se dirigía la pelota.
El instinto del futbolista le obliga a intentar rematar o, como mínimo, controlar el balón, y por la cabeza de Catena eso debió hacerle saltar como un resorte. Luchar contra la inercia es muy difícil, e hizo lo que pudo.
Eso fue estirar la pierna hacia atrás. Quizá confiaba en parar el balón y luego, a saber cómo, continuar la jugada. Pero no, eso no fue lo que ocurrió.
Porque Catena se sacó de la chistera un disparo que denominaremos 'de pseudorabona', ya que al echar el pie atrás golpeó al balón con la puntera, provocando que este saliera despedido hacia la meta rival a través de sus piernas.
November 27, 2021
Nadie se esperaba eso, empezando, creemos, por el propio Catena. Mucho menos Jasper Cillessen, que estaba preparado para todo menos para tener que lanzarse a por un disparo. Pero lo hizo, porque los reflejos de portero están a otro nivel.
Se lanzó a la cepa del poste y evitó, sobre la línea, lo que a todas luces hubiera sido el golazo involuntario (o no) de la temporada. Detuvo el disparo, pero no retuvo el balón. Hubiera sido demasiado. El esférico le cayó a Isi y este fusiló.