No es fácil acertar con un fichaje. La mayoría de los grandes jugadores suelen rendir a su máximo nivel sea cual sea su destino, pero otros muchos nunca consiguen recuperar ese nivel que sí mostraron en sus anteriores equipos. Y estos cinco casos son buenos ejemplos de ello.
El primero es el caso de Michael Owen. El delantero inglés llegó al Madrid en la temporada 2004-05 tras sumar grandes números en el Liverpool. No llegó a adaptarse pese a conseguir 16 tantos como 'merengue'. Fue traspasado al Newcastle al verano siguiente.
Tampoco cuajó Arda Turan en el Barcelona. En 2015, el turco llegó a la Ciudad Condal después de rendir a un altísimo nivel en el Atlético de Madrid. Su peso en el equipo fue decayendo y solo tardó dos temporadas en marcharse. A partir de ahí, su carrera bajó en picado.
En la temporada 2015-16, el Atlético de Madrid firmó a un Jackson Martínez que se había salido enel Oporto. Rozó los 100 goles en tres años en el cuadro luso. Como 'colchonero' solo jugó 22 partidos antes de marcharse en enero al Guangzhou Evergrande.
Fernando Torres abandonó Liverpool con 27 años para poner rumbo al Chelsea. El español se había consagrado como uno de los mejores delanteros de Europa, pero no encajó del todo como 'blue'. Su mejor recuerdo, el gol en el Camp Nou en semifinales de Champions.
El máximo exponente en este sentido en LaLiga puede ser Kaká. Balón de Oro en 2007 y estrella en un gran Milan, el Real Madrid desembolsó más de 60 millones de euros para ficharle. Dejó destellos de calidad, pero no llegó a rendir como se esperaba de un clase mundial. Tras acabar su etapa 'merengue', que duró cuatro años, volvió a Milán. Terminó su carrera en el Orlando City de la MLS.