El último partido ante Panamá fue la mejor prueba de ello. El combinado nacional jugó de varias maneras a lo largo de los 90 minutos, una seña que ha implantado Queiroz desde su fichaje.
El esquema de Pékerman era el 4-2-3-1. Fijo. Pero el entrenador luso no tiene eso. Ante Panamá, el equipo salió con tres delanteros, dos interiores ofensivos -Cuadrado y Cardona- y solo un pivote, Wilmar Barrios.
Cierto es que el conjunto centroamericano puede ser de menor nivel de lo que se vaya a entontrar el equipo en la Copa América, pero sigue siendo un dato revelador.
Solo queda saber si Queiroz también apostará por esta valentía en la importante cita internacional que empieza en solo unos días.