Aunque cada vez está más cerca del Borussia Dortmund (dormirá a dos puntos de los amarillos), el Bayern sigue teniendo lagunas y el encuentro ante el Augsburgo, equipo que se encuentra a cuatro puntos del descenso, las dejó ver.
Solo habían pasado 13 segundos y el club bávaro ya se encontraba por debajo en el marcador. Una subida por banda izquierda de Max y la falta de concentración del Bayern provocaron que Goretzka empujara hacia su propia portería el autogol más tempranero de la historia de la Bundesliga.
Fue un palo terrible, en la vuelta de Neuer, que estuvo fuera dos semanas, sufrir un revés así, pero el Bayern supo levantarse de la mano de Coman. Empató en el minuto 17, aunque los fantasmas regresaron poco después: Ji Dong-Won marcó el 2-1.
El momento clave del partido fue el minuto 45. El Bayern, por debajo, consiguió el empate gracias a, de nuevo, Kinglsey Coman. Fue un tanto en el momento psicológico, justo antes del descanso, y eso dio vida al Bayern.
Igualmente, los bávaros tampoco estuvieron sobrados en la segunda mitad ante el decimoquinto clasificado, ya que solo Alaba supo marcar diferencias con el 2-3 que acabó siendo definitivo.