Casi dos gotas de agua. En eso está a punto de convertirse la dinámica de resultados con la que acabó el 2019 el Girondins de Burdeos con respecto a la que cosechó hace dos años.
Entonces, la Copa de Francia midió a los del Matmut Atlantique contra otro equipo de división inferior, el Granville. Aquel año, el Girondins perdió los cinco partidos que jugó en diciembre, uno más que en la actualidad. Los cuatro últimos se repartieron en tres salidas y un choque en casa. Exactamente igual que este curso.
En ambos casos, los galos afrontaban el nuevo año con una obligación que les reportaría pocos o ningún beneficio. La Copa de Francia, hace dos años, parecía la válvula que necesitaba el equipo para reengancharse a la fe y el optimismo. Mucho que perder y casi nada que ganar. Pero todo salió mal.
El Granville, que militaba en la cuarta categoría del fútbol francés, se impuso por 2-1 tras empatar en el 90' y lograr el pase en la prórroga en un duelo que acabó con tres expulsados en las filas del Girondins.
Este antecedente da esperanzas a un Le Mans que milita en la Ligue 2, por lo que será aún más complicado para un Girondins que está muy cerca de tropezar dos veces con las mismas piedras en solo dos años.