Courtois, salvador de debacles a domicilio

Solo las intervenciones salvadoras de Thibaut Courtois evitaron una derrota mayor, tan dolorosa como merecida por llegar en la última acción del partido, cómo no del futbolista que dominó todo el encuentro, el francés Kylian Mbappé, que dio un golpe de autoridad mostrando pegada a un equipo seco, con un solo tanto en sus cuatro últimos partidos y que no chutó a portería rival.
El regreso de Karim Benzema, que jugó recién recuperado de sus problemas musculares y sin estar en una condición óptima, no cambió la mala dinámica en la que se ha adentrado el equipo de Carlo Ancelotti. Dos partidos consecutivos sin marcar lejos del Santiago Bernabéu, apenas un tanto en 360 minutos que le costaron ya su eliminación de Copa del Rey y le dejan ante las cuerdas en la Liga de Campeones.
El mismo Parque de los Príncipes había sido testigo del último partido del Real Madrid en competición europea sin chutar a portería rival. La derrota fue aún más dura el 18 de septiembre de 2019, en la fase de grupos, eso sí. Un 3-0 inapelable, con ocho remates sin puntería en el reencuentro con el costarricense Keylor Navas y dos goles anulados por el VAR. Esta noche, con Donnarumma titular, el portero italiano fue un espectador más. Tres llegadas y ni una sola intervención.
El Real Madrid fue dominado, defendió en bloque medio esperando la oportunidad de salir con velocidad al contragolpe y cuando pudo hacerlo le faltó precisión en el pase. Numerosas pérdidas, poco control del juego y una lucha insaciable por sostener el empate sin goles con un castigo final que obliga a una remontada con noche mágica en el estadio Santiago Bernabéu.
Con los extremos Marco Asensio y el brasileño Vinícius Junior realizando de forma incesante ayudas defensivas, el desgaste redujo su frescura y las apariciones en fase ofensiva. Apenas desbordó 'Vini', que debía ser referente en la oportunidad de dar un salto de calidad en la Champions, en un partido que llamó la atención del mundo futbolístico. Solo en una acción en la segunda parte se marchó en acción de regate. No generó ninguna ocasión de peligro ni creo conexiones que suelen preceder al éxito con Benzema.
Si el partido presentaba un pulso de dos jóvenes valores, salió vencedor con claridad Mbappé, tormento constante para la defensa madridista, que no se cansó de probar a Courtois desde que perdonó un mano a mano en el primer acto, condicionado por un leve toque de Dani Carvajal, tras cogerle la espalda a un balón picado de Leo Messi, que le desequilibró lo suficiente para no definir con acierto. Con ganas de demostrar su profesionalidad con el club que le paga ante el club en el que desea jugar, su exhibición encontró el premio merecido cuando el partido se apagaba sin goles.
Fue la única que no pudo detener Courtois, superado en el octavo disparo que recibía por bajo, tras siete paradas y vencedor del pulso con Leo Messi en un penalti que mantuvo las esperanzas. El castigo habría sido mayor si no hubiese realizado paradas de tanto valor el portero belga.
Sobrevoló por el Parque de los Príncipes la misma sensación que en las semifinales de la pasada edición cuando el Real Madrid fue inferior al Chelsea. Este proyecto tiene un techo y a no ser que una noche de magia del Bernabéu lo evite, necesita de estrellas de la talla de Mbappé para volver a reinar en Europa.
Ancelotti tiene tres semanas para armar una estrategia diferente y aspirar a la remontada sin Ferland Mendy ni Casemiro, centrado en recuperar al mejor Benzema, un futbolista decisivo para la salud del equipo madridista. Un tanto en 51 remates en los cuatro últimos partidos. Un equipo que ha perdido el gol y hasta su juego ofensivo en París para quedar en situación límite.