En el momento en que los grandes se humanizan es cuando se puede ver con algo más de perspectiva todo lo que han logrado antes. Así que el quiebre de la racha anotadora del portugués permitió entender que ser extraterrestre en Champions no se puede exigir, sino disfrutar.
17 tantos había cantado hasta la fecha Cristiano. Técnicamente, llegó a cantar el decimoctavo, en el arraque de la segunda mitad, si bien no subió al marcador. El astro portugués se valió del brazo izquierdo para bajar el cuero al suelo antes de cruzarlo con la zurda al segundo palo.
Dortmund, Apoel, Tottenham, PSG y Juventus se quedaron en la lista de víctimas que, de manera consecutiva, habían encajado al menos un gol. Ahora toca volver a poner el contador a cero. Sin embargo, ahí queda su récord para la posterioridad, con sensación de que alguien pueda igualarlo.
No se vio en Múnich al mejor Ronaldo. De hecho, es que apenas se le vio. El Madrid tuvo mucha más pegada que llegada, y ello lo echó en falta el '7' blanco.
Puede, quién sabe, que añorara también la gran labor de desgaste y los movimientos de arrastre que hace Benzema, que fue relegado al banquillo, aunque luego tuvo sus minutos.
Si sus récords alimentan su sed de más, nada como el mal rato individual que seguro que se llevó para entenderlo como acicate que le ayude a mascar la rabia y convertirla, en el choque de vuelta, en un trampolín hacia más goles.