El Chelsea-Manchester United será un partido que Cristiano Ronaldo difícilmente olvidará. Fue una de las primeras veces que, pese a encontrarse bien físicamente, arrancó como suplente un partido importante.
Los 'red devils' rescataron un empate ante el líder pese a que el planteamiento de Michael Carrick fue de equipo pequeño. Se bastaron de un error de Jorginho para sumar en uno de los campos más complicados de la Premier League.
Y lo hicieron sin Cristiano Ronaldo. El luso se quedó en el banquillo por orden del técnico interino y, a tenor de lo visto tras el encuentro, no se lo tomó del todo bien.
Una vez acabado el partido, CR7, que reemplazó a Sancho, salió del césped y saludó distantemente a Carrick antes de poner rumbo al vestuario sin saludar a nadie en el túnel. Tampoco tuvo un gesto con la afición del United desplazada hasta Londres.
No parece que le gustara demasiado ser suplente, a pesar de que Carrick lo explicó antes del choque y pareció confirmar que el portugués estaba de acuerdo con quedarse fuera.
"Queremos cambiar las cosas un poco. Cristiano es nuestra gran figura, pero este es nuestro plan para el partido. Hablé con él y se lo tomó bien. Decidimos jugar así aquí, sin él", dijo el técnico en la charla prepartido con los medios, solo para descubrir tras el pitido final que quizás era pura fachada.