El fútbol es un cóctel de táctica, talento y eficacia en el que la suerte también juega. Y es igual de válida. Al Atlético de Madrid le costó la vida misma superar al Real Betis con motivo de la jornada 27 en Primera División. Desde una acción aislada al comienzo y el don de la oportunidad nacieron los goles con los que el conjunto de Diego Pablo Simeone amplió su inmejorable dinámica en el Cívitas Metropolitano. Y los verdiblancos murieron de pie con Rui Silva y William Carvalho en los mandos. De ahí el metafórico 'Fortuna 2-1 Portugal'.
El meta luso tuvo el mal de ojo de introducir el balón en su portería a las primeras de cambio. Álvaro Morata se reencontró con la diana con un cabezazo a placer. Y el '14' de los andaluces rindió homenaje a los ángulos firmando un tanto de dimensiones estratosféricas. Los 3 acontecimientos del encuentro dejan a los 'colchoneros' con 55 puntos en la 4ª plaza. Con 6 de ventaja respecto al Athletic Club, que tiene pendiente la visita del Barcelona a San Mamés. En gran parte, gracias a Jan Oblak.
Por elección sagrada
Desde el arranque, la incomodidad reinó en el planteamiento de los huéspedes. No fue capaz de mostrar su personalidad. Tampoco de crear desde atrás. Las imprecisiones llegaron una detrás de otra, hasta que llegó el 1-0 por elección sagrada. Señales del destino. Memphis Depay centró a la cazuela, Héctor Bellerín despejó como pudo, Germán Pezzella tocó sin querer... y la maldición se apoderó de Rui Silva, quien vivió la desgracia en sus carnes de colar el cuero en su red.
Sin embargo, el fútbol es de valientes. Y las mayores virtudes llegan en los peores momentos. El meta portugués se ajustó los guantes y protagonizó un carrusel de intervenciones sin cesar. Fue el argumento por el que el equipo de las 13 barras siguió en el partido pese a la inferioridad en el marcador. Aunque volvió a aparecer el destino con la elástica 'colchonera'. Álvaro Morata, en posición reglamentaria, cayó en el área después del contacto con el '13'. Soto Grado indicó la pena máxima con la ayuda del VAR.
La reivindicación
Pero claro, Rui Silva era Dios en persona. Adivinó las intenciones del delantero español, se desplazó a su diestra, sacó la manopla a pasear y, por si no fuera suficiente, también atajó el rechace. Con lo que ni la fuerza divina pudo lidiar fue el 2-0 previo al descanso. La reivindicación del '19' en su mejor campaña goleadora en una gran liga. Rodrigo de Paul se topó con el muro ibérico y la cabeza de la referencia rojiblanca besó el fondo de las mallas. Lo que confirmó que Diego Pablo Simeone es vidente.
La 2ª mitad contaba algo distinto o la historia estaba vista para sentencia. Manuel Pellegrini quiso aportar algo diferente desde la reanudación con William Carvalho... y Guido Rodríguez. El pilar de Heliópolis volvió a calzarse las botas en medio de los rumores de su futuro. Y en el presente que ya forma parte del pasado, quiso adelantar las líneas de su equipo y presionar para buscar el empate. El 2-1 pudo llegar con un testarazo de Willian José que detuvo con seguridad Jan Oblak.
Sevilla es lusa
Con el paso del tiempo, la música de los banquillos acompañó al baile de las sustituciones. El Atlético de Madrid se protegió con Nahuel Molina y Saúl Ñíguez en detrimento de Rodrigo de Paul y Koke. Matices del técnico argentino que desplazaron a Marcos Llorente hacia el centro como era de esperar. Pero claro, esta decisión no fue buscada, sino forzada. Después de la demostración. Sevilla es lusa por las paradas de Rui Silva... y la magia del '14'. El que apareció cual esperanza.
Johnny Cardoso robó en campo rival y le entregó la redonda a William Carvalho. No pensó. Actuó. Levantó la mira, armó la bota diestra y envió un lanzamiento perfecto a la escuadra. Un golazo de suma belleza que elevó el 2-1 al Cívitas Metropolitano. A partir de aquí, las dudas invadieron el ambiente de un equipo foráneo que fue con todo a por el empate. De todas las maneras posibles. Una de ellas casi la celebró Ayoze Pérez en su regreso, aunque se topó con el motivo del resultado definitivo.
El muro
El muro. El que formó Jan Oblak con una mano antológica a Guido Rodríguez. De esas hazañas que se quedan grabadas en la retina. Y el que se terminó gracias a sus 10 compañeros. Tal fue así que circulará la imagen de un centro desde la diestra de los verdiblancos. No por lo ofensivo. Por lo defensivo. Todos los jugadores en su área. Consecuencia del trazo de Diego Pablo Simeone, quien llegó a quitar a Álvaro Morata para introducir a Stefan Savic. Criticable o no... igual de válido.
Rodrigo Riquelme casi materializó el 3-1 desde el centro del campo, pero se marchó por encima del larguero. Con el pitido final, el Atlético de Madrid respiró y acarició la 13ª victoria de la campaña liguera en el Cívitas Metropolitano. Lo que extendió la superstición del Real Betis, que no asalta el templo 'colchonero' en la máxima categoría del fútbol español desde 2011. Más de una década después, la suerte, Rui Silva y William Carvalho firmaron el acta de este simbólico 'Fortuna 2-1 Portugal'.