Lo que quiera Lamine

Tiene 17 años y ya es capaz de dominarlos a todos. Hablar de Lamine Yamal a estas alturas de su carrera es como hacerla de Messi, o de Raúl. Pero la exhibición del extremo del Barcelona es superior, no hay hoy en día un defensa que sea capaz de frenar al torbellino español. Es un talento único, generacional, de esos por los que siempre merece la pena pagar la entrada sea lo cara que sea.

Lo sufrió en la gélida noche el Betis. Como si fuese un jugador de videojuego, cada pelota que tocó Lamine Yamal en Montjuïc hizo mejorar la jugada. Y es que no solo juega para él, sino que hace a los de su alrededor más felices. Bueno, a todos no, a sus rivales los amarga con una exhibición tras otra.

El resultado fue claro, muy claro. Y pudo ser mucho peor para el Betis de no ser por el VAR. La tecnología salvó lo que hubiese sido una goleada escandalosa. Y en casi todas las fotos aparecía Lamine Yamal.

La flecha hacia arriba

Los fantasmas que el Barcelona tuvo en los últimos meses del 2024 han desaparecido por completo. El 2025 se ha convertido en un nuevo año para los azulgranas, que empiezan a parecerse al de inicio de temporada. Y la Supercopa de España conseguida hace unos días fue el impulso perfecto para esta Copa del Rey.

No pudo hacer nada el Betis en el partido. No es que no quisiese. Es que se sintió avasallado desde el primer minuto del mismo, desde el momento en el que sacó y se vio presionado. A los 3 minutos, ya perdía ante el hambre del Barcelona, ante un Gavi que poco a poco va recuperando el nivel que tenía antes de la grave lesión del cruzado.

Fue el primer aviso de que el Barcelona iba a por todas. Y no iba a ser el único. Ganar al Real Madrid como lo hicieron en la Supercopa da confianza incluso al que menos juega. Y en el once de rotaciones que hizo, todos cumplieron para Flick.

La defensa no sufrió hasta poco antes del descanso, cuando tuvo que aparecer Iñaki Peña. Por aquel entonces, el marcador ya reflejaba el 2-0 marcado por Koundé, el primero de los dos que marcó -el segundo no valió- y en plena exhibición de Lamine Yamal. Comenzó como un diésel, poco a poco hasta convertirse en la figura del partido.

El milimétrico fuera de juego de Koundé, en otra asistencia de Lamine Yamal, evitó que el Barcelona ya hubiese sentenciado la eliminatoria antes del paso por los vestuarios. Y precisamente el descanso fue lo que sentó peor, no porque bajasen las prestaciones de los equipos, sino las revoluciones del encuentro.

Lamine quería el gol, Lamine lo consiguió

Lamine Yamal estaba decidido a marcar para demostrar a sus críticos que no solo tiene pase, no solo tiene regate, sino también gol. Otro fuera de juego le privó de marcar el tercer de una afable noche en Barcelona, y el pie de Llorente le privó de otro más. Ese gol, que finalmente fue para un Raphinha esta vez ensombrecido por el español, iba directo a los museos de haber sido el tanto del '19' en la contra que él mismo empezó y él mismo estuvo a punto de terminar.

Vio el extremo del Barcelona cómo hasta Ferran Torres marcaba antes que él. El '7' aprovechó los minutos que tuvo para meter una buena volea imposible para Fran Vieites, que bastante tuvo con intentar frenar el vendaval. Pero Lamine, convencido de su gol, al fin lo consiguió. Fue precisamente en el único tanto que anuló el colegiado de primeras el que finalmente valió. Aprovechó los huecos, marcó y se marchó con una gran ovación.

El Betis pudo llevarse al menos la alegría de un último gol. No sirvió de mucho más que para que Vitor Roque marcase desde los 11 metros y le demostrase al Barcelona de lo que es capaz. Pero esta noche, solo hubo un equipo, solo hubo un foco, y ese fue Lamine Yamal.