Un líder con mucho corazón
![El Girona venció al Barcelona. EFE](https://cdn.resfu.com/media/img_news/imagen-del-gol-de-miguel-gutierrez-para-el-1-2-del-girona-ante-el-barcelona--efe.jpg?size=1000x&lossy=1)
El Girona es el líder en solitario de Primera División. Sí, así, sin anestesia. El conjunto gerundense hizo méritos y asaltó Montjuïc para deshacerse de un Barcelona que dio la cara, pero que poco a poco se diluyó. Y no, no es fruto de la casualidad, sino del esfuerzo, el trabajo y la ilusión de un grupo de jugadores y cuerpo técnico que no quieren perder ni la más mínima ilusión de este sueño tan bonito que están viviendo.
No hubo que esperar mucho tiempo para que los aficionados se diesen cuenta de que la emoción iba a estar servida. Los primeros compases del encuentro no dejaron ningún dominador claro, pero sí ocasiones en ambas porterías. Las transiciones rápidas tras robo y la premisa de salir con la pelota jugada desde atrás fue todo un mandamiento en ambas escuadras.
Poco a poco, el Barcelona fue tomando el mando del partido, lo que ni por asomo significó que el Girona se iba a dejar amedrentar. Fue entonces cuando, en una jugada de tiralíneas, Yan Couto vio el desmarque de Tsygankov al espacio y este, a su vez, el de Dovbyk a la espalda de la defensa. Entre ucranianos quedó la cosa y el '9' mandó al fondo de la red la pelota tras primero golpear esta en la madera.
No se estropeó el partido y siguió siendo una auténtica delicia. El Barça, como era lógico, trató de reaccionar y se propuso acribillar la portería defendida por Gazzaniga. Fue así y tras varios intentos, como Lewandowski puso el 1-1 en el minuto 19 de la primera mitad. Saque de esquina de Raphinha y cabezazo imperial del polaco, que rompió su sequía y ayudó a su equipo con el gol.
El Girona estuvo muy valiente esta noche. No renunció a su plan inicial de salir con la pelota jugada desde atrás y pese a la gran presión del Barça, los de Míchel salieron de ella satisfactoriamente. Además, no se escondieron de cara a puerta. Tiene mucho mérito lo que está haciendo este equipo y por ello está donde está a estas alturas del curso. Las casualidades no existen, el trabajo y el esfuerzo, sí.
Al filo de la media hora, Miguel Gutiérrez, que estaba dejando atrás ese dicho de que los defensas solo están para defender, se animó en ataque y se hizo el hueco entre la zaga azulgrana para gozar de una ocasión manifiesta de gol.
Mientras tanto, el Barcelona seguía buscando la portería contraria y los 'Joaos' se asociaron y sacaron a relucir toda su fantasía, dejando una gran ocasión para la noche. Félix jugó de espuela para Cancelo, que recortó a su par y soltó un trallazo que detuvo de forma magnífica Gazzaniga.
La primera mitad entró en su recta final y Miguel Gutiérrez volvió a gozar de una gran oportunidad. Tocó y tocó el Girona en la frontal hasta que el futbolista encontró el hueco y se sacó un chut que se perdió fuera por milímetros. Sin embargo, a la tercera y apenas un minuto después, el canterano del Madrid consiguió su cometido. Tiró un eslalon, dribló a su marcador y nadie salió en su busca, tanto que, metió la puntera y puso el balón a un lugar inalcanzable para Iñaki Peña para que el 2-1 subiera al electrónico.
Pudo igualar la contienda Lewandowski antes del descanso con un remate tras el pase de picadita de Pedri. Sin embargo, una vez más, Gazzaniga tocó lo justo para despejar la pelota a saque de esquina. Victoria meritoria del Girona, que se lo creyó e hizo méritos para marcharse por delante en el electrónico.
Los segundos 45 minutos comenzaron como acabaron los primeros, con una sucesión de llegadas por ambos lados y un partido de ida y vuelta constante. Pese a ello, el Barcelona se mostró más incisivo, aunque ni mucho menos se olvidó de la portería contraria el Girona, que se sintió cómodo con el balón en los pies y nunca dejó de atacar.
El único pero que se le pudo poner al conjunto de Xavi Hernández fue el de que estuvo demasiado impreciso en los metros finales. Algo que vino de maravilla para el cuadro dirigido por Míchel, que bajó una marcha, aunque se sintió muy cómodo y desahogado, sacando la pelota jugada y controlando la presión de su rival.
Las ocasiones llegaron, esta vez, para el Barça. La entrada de Ferran Torres fue un alivio 'culé' y de sus botas nació el pase para Gündogan, que se resbaló, pero se pudo sacar el disparo, que pasó muy cerca del palo izquierdo de la portería defendida por Gazzaniga.
Pero la realidad no fue otra que la de que el Girona estaba controlando el partido. Cómodo, sin presión y sacando rédito de la posesión del esférico en su poder. Aunque eso, cuando tienes en frente a un rival como los azulgranas, no es sinónimo de éxito. Tuvo momentos de zozobra el conjunto gerundense y eso enfadó mucho a Míchel, que movió el banquillo.
La suerte fue que el Barça, pese a sus constantes llegadas, no fue capaz de materializar ese peligro y constante y sus ocasiones quedaron en nada. El encuentro entró en su recta final y el Girona, con algo que estuvo haciendo durante los 90 minutos, que no fue otra cosa que generar muchísimo peligro y plantarse en la portería contraria con pocos toques, acabó surtiendo efecto.
En un saque directo de Gazzaniga y unido a la mala defensa de los azulgranas, le ganó la pugna Stuani a su compatriota Araujo y le llegó la pelota a Valery. Este, con fortuna, pero eficacia, se marchó y encaró a Iñaki Peña para poner el 1-3 y casi sentenciar el choque.
Fue el último toque de atención para un Barcelona que vio como el triunfo estaba cada vez más lejos. Siguió con la dinámica hasta ahora y trató de morir con las botas puestas. Así, en el 92', Gündogan colocó el 2-3 e hizo posible el sueño de la remontada. Incluso tuvo el empate por mediación de Lewandowski, pero el remate del polaco no fue certero y este se perdió por línea de fondo.
Así se llegó al momento de mayor éxtasis en el Girona. Con todo el Barcelona volcado en la portería contraria y con un balón directo al área, Miguel Gutiérrez la bajó y se hizo fuerte ante sus marcadores. Vio la llegada de Savinho y este centró al segundo. Stuani remató a bocajarro y Cancelo trató de despejarla, pero su intento fue en vano. Una obra maestra culminada en apenas unos toques. Maravilloso y efectivo a partes iguales.
Díaz de Mera decretó el final del tiempo reglamentario y, al fin, se consolidó lo que al principio se consideró una locura y que acabó siendo la más pura realidad: vencer al Barcelona, en su estadio, y ponerte líder en solitario contra todo pronóstico. Y como he empezado al principio de esta crónica, las casualidades no existen y el Girona ha dado buena cuenta de ello para ganarse el cariño de mucha gente este curso.