A falta de emoción en los principales objetivos de la Liga, que suelen ser el título, la Champions y el descenso, Barcelona y Real Sociedad firmaron un partido de muy alto nivel que se jugaba a cuatro bandas. Los de Xavi necesitaban ganar para ascender a la 2ª plaza de la clasificación liguera que, además, les llevaría a disputar la Supercopa de España. Por su parte, los donostiarras querían recuperar la 6ª posición, plaza que, sin embargo, pertenece ahora al Betis. Los andaluces le han cambiado a los donostiarras la Europa League por la Conference esta jornada.
Poco antes del encuentro, el entrenador 'culé' recordó que la Real había sido el único conjunto que le había ganado la posesión a su equipo hasta la fecha. Los de Imanol demostraron que ningún escenario les queda grandes y, aunque ni sumaron ni le discutieron el dominio de la bola, fueron de todo menos un rival fácil sobre el césped de Montjuïc.
De hecho, y pese a que las llegadas del Barça fueron más, Sheraldo Becker tuvo varias opciones de haber adelantado a un equipo que tenía claro el plan: salidas más o menos arriesgadas de balón desde atrás que atrayesen a los máximos jugadores posibles del rival. Si salía bien, había los suficientes espacios como para montar contragolpes y, sobre todo, para buscar al ex del Union Berlin a la espalda de Pau Cubarsí.
El joven central le ganó la primera a Becker, lo que le valió la ovación del público. Pero en el 20', fue el atacante visitante el que se llevó el balón y se topó con Ter Stegen, que repelió su remate con una buena reacción. Posteriormente, el árbitro pitó falta sobre Pau, aunque, de haber sido gol, la infracción habría sido, como poco, dudosa. Esta acción rompió un poco un partido demasiado ordenado hasta entonces, con acciones casi seguidas de Raphinha, que no encontró a Pedri en su pase de la muerte, y Oyarzabal, que disparó demasiado alto desde la frontal.
En uno de los desmarques de Becker a la espalda de la defensa, llegó un 0-1 que nunca relució en el electrónico. El delantero de la Real estaba ligeramente adelantado en el arranque que hizo con medio cuerpo en campo propio y el otro medio en el contrario. Su definición fue contundente y acertada, pero la jugada quedó invalidada.
Acción, reacción
Aunque el gol no tuvo repercusión física, espoleó a un Barça que rozó el 1-0 en el 26'. Remiro sacó un despeje contra su propia portería de una defensa que paró, como pudo, a Yamal tras una pared con Gündogan. Los de Xavi no abrieron el marcador, pero comenzaron a ganar la confianza necesaria para hacerlo. Lewandowski, con un remate a las manos de Remiro, avisó antes de que Raphinha, tras un tiro taponado después de un caño en la frontal, estrellase un remate desde fuera del área en el palo izquierdo del meta visitante.
Tanto fue el cántaro a la fuente que, en el 40', se rompió. Lewandowski empezó la jugada con un pase filtrado perfecto para Gündogan. Conducía el polaco en campo contrario y en paralelo a la portería cuando sorprendió con un balón medido al alemán. Este recibió y vio a Yamal desmarcado a la derecha. El defensor intentó cortar un envío que le pasó por debajo de las piernas y le llegó al '27', quien, de primeras, definió a la perfección con un remate raso y a la derecha de Remiro.
Antes del descanso, la Real, lejos de notar el golpe del 1-0, volvió a tener una buena oportunidad en las botas de Becker. Tras ganarle la posición a Cubarsí, remató demasiado cruzado un balón que, poco después, daría paso al descanso.
En la reanudación, la cual se retrasó por problemas de comunicación entre los árbitros, el choque tuvo dos claras partes bien diferenciadas. En los primeros 15 minutos, los estilos más académicos de Barça y Real se impusieron alternativamente a la electricidad, emoción y verticalidad de otros sellos. Posesiones largas y alejadas del área rival consumieron el primer cuarto de hora antes de que los motores empezasen a rugir para afrontar una media hora final a muchas más revoluciones.
De la posesión a la anarquía
Brais Méndez sacó al duelo del letargo con un disparo que taponó Cubarsí. Un minuto más tarde, Traoré volvió a demostrar que confía más en su golpeo que el resto de los mortales al intentar una volea que no supuso peligro alguno para Ter Stegen. Estas dos ocasiones zarandearon a un Barça que respondió con autoridad: Raphinha obligó a Remiro a hacer la palomita casi perfecta (si llega a ser a mano cambiada, no habría casi) para sacar un zurdazo ajustado que ya olía a 2-0.
Si cerca estuvo el Barça de marcar, más lo estuvo la Real de hacerlo solo dos minutos después. Brais recuperó un pase pésimo de Gündogan en campo azulgrana, pisó área, recortó a la perfección a su par y, cuando tenía que definir, remató fuera. La ocasión no tuvo repercusión en el marcador, pero sí en la fe de un equipo que adelantó líneas y que volvió a intentarlo, ya en el 73', por medio de Kubo. El disparo del japonés tras una acción al estilo Robben (perdón si eres demasiado joven) acabó en una buena parada de Ter Stegen.
Fermín y Ferran aprovecharon la rotura del partido para probar suerte en ocasiones de diferente claridad. Si bien el canterano se sacó un remate desde la frontal que taponó la zaga, lo del 'Tiburón' no acabó en 2-0 por centímetros. El portero de la Real sacó una mano a la que le faltó un cartel de "Remiro, Selección" para mandar a córner un remate casi perfecto del ex del Valencia.
Ya en la recta final, Zakharyan, con una falta más peligrosa en su posición que tras su ejecución, se encontró con la estirada de Ter Stegen antes de que Lamine Yamal rozara el 2-0 en un par de ocasiones. No decidió bien en la primera, en la que le sobró el regate, y se quedó cerca del palo con el lanzamiento de la segunda.
Lo que sí acabó en el segundo y definitivo gol del Barça fue una falta lanzada por Raphinha que dio en la mano de Odriozola. Al principio, los azulgranas pidieron penalti por un brazo posterior del ex del Madrid, pero fue el primer lanzamiento el que le dio en la mano y el que se convirtió en el penalti que sentenciaría el encuentro. Remiro se tiró bien, pero el zurdazo de Raphinha fue mejor para acercar la Supercopa a los 'culés' y alejar de la Europa League a unos donostiarras que, con su actual posición en Liga, deberían conformarse con la Conference.