Vaya triunfo del Inter. El conjunto italiano, que no llegaba en un buen momento, se impuso por 0-2 ante el Benfica en el Estádio da Luz, en el partido de ida correspondiente a los cuartos de final de la UEFA Champions League.
Nicolò Barella y Romelu Lukaku, ambos en la segunda parte, marcaron los goles para el equipo de Simone Inzaghi, que se mantuvo ordenado en defensa durante todo el partido, golpeó en los momentos justos y colocó un pie en las semifinales de la Liga de Campeones.
En la Champions League no importa si un equipo llega en mejor estado de forma que otro. Lo que sí importa es la historia y la experiencia a la hora de disputar eliminatorias de este estilo. Y el Inter, por ejemplo, cumplió a la perfección con esta ley.
En la previa, el Benfica se posicionaba como el máximo candidato para quedarse con la serie. Sin embargo, las 'Águilas', que intentaron plasmar su buen juego, sucumbieron ante la contundencia y la simpleza de los italianos.
El Inter sabía que en este partido no era favorito y respetó esa condición a rajatabla. El equipo de Inzaghi dejó jugar a su rival, se ordenó bien en el fondo, resistió a los intentos locales y esperó el momento justo para golpear.
Así fue como, en el minuto 51, Alessandro Bastoni, uno de los centrales, se animó a pasar al ataque y envió un centro pasado al área para encontrar a Barella, que cabeceó cruzado, con el portero a contrapié, y estableció el primero en la capital de Portugal.
El Benfica, paralizado, comenzó a desesperarse más y más. Sus jugadores no encontraron los caminos para mover el balón y se toparon una y otra vez con el 'muro neroazzurri', compuesto por los defensas y por un seguro André Onana.
Los minutos pasaron y el Inter se fue sintiendo cada vez más cómodo ante la desesperación local. Sin ir más lejos, uno de sus mejores jugadores, Denzel Dumfries, después de perderse un gol increíble, generó una jugada que derivó en un penalti para los suyos.
A los 76 minutos, el árbitro acudió al VAR para revisar una supuesta mano de Joao Mario tras un centro del neerlandés. El colegiado hizo el famoso gesto del televisor y cobró la pena máxima a favor del Inter, que se aprovechó del miedo de los portugueses a la perfección.
Lukaku, quien había ingresado poco tiempo atrás, se hizo cargo de la ejecución y estableció el 0-2 definitorio con un disparo de zurda, cruzado, sutil e inalcanzable para Odisseas Vlachodimos, que anteriormente había salvado al Benfica, pero nada pudo hacer ante el remate del belga.
Con la diferencia aumentada, el Inter se refugió en el fondo y aguantó el resultado. El conjunto de Roger Schmidt pudo haber descontado a través de Gonçalo Ramos sobre el final, pero Onana se quedó con el disparo cruzado, tendido en el suelo hasta que el árbitro finalizó el partido.
¿Por qué la historia siempre manda en estos casos? Porque el Benfica nunca pudo ganarle al Inter en torneos internacionales y porque nunca pudo acceder a las semifinales de la Champions League en toda su historia, algo que sí ha conseguido el equipo de Italia.
La revancha se disputará el próximo martes 18 de abril en la ciudad de Milán, pero lo cierto es que los de Inzaghi ya comenzaron a comprar el ticket rumbo a la siguiente ronda de la Liga de Campeones.