Rafa Mir se cuela en el último día del Villamarín

Lo que apuntaba a ser una gran fiesta de despedida del Villamarín se convirtió en agridulce por culpa de Rafa Mir. El delantero, cedido por el Sevilla al Valencia, chafó por completo lo que parecía ser una victoria de los de Heliópolis en un desajuste defensivo local. Todo había empezado bien para los verdiblancos con un golazo de Antony con el descanso en el horizonte, pero no fue suficiente.
El brasileño demostró de nuevo lo bien que le ha sentado cambiar Mánchester por Sevilla. Está enchufadísimo y los datos hablan por sí solos: 9 goles y 5 asistencias en tan solo 5 meses en el conjunto andaluz por 9 goles y 6 asistencias en 24 meses en Old Trafford. Ver para creer. Tras brillar en lo que podría haber sido su última vez en la liga, ya solo tiene entre ceja y ceja ganar la final de la Conference League al Chelsea el próximo miércoles.
Última jornada y sin nada en juego. Parecía que todo podía salir mal porque el Betis-Valencia aburrió sobremanera durante 40 minutos. Un tiempo precioso en el que no hubo ningún movimiento en el marcador. Mucha circulación del conjunto 'che' en su campo y en el del contrario y un cuadro verdiblanco que estaba con la cabeza puesta en Breslavia.
El único que fue capaz de arreglar una fea estampa en el último día del Benito Villamarín fue Antony. Tenía que ser él. No podía ser otro. El brasileño, que cayó de pie desde el primer momento en Heliópolis, abrió la veda con un martillazo directo a la red. Un robo de Altimira, un pase de Isco y una rosca con la izquierda para ponérsela imposible a Mamardashvili. Su gol de siempre.
El atacante desató la euforia en la grada y se atrevió incluso a lucir una boina en plena celebración. Tampoco faltó una camiseta con su nombre sevillano: Antonio de Triana. Ya es uno más de la ciudad y no es de extrañar que cierren los aeropuertos y las carreteras para evitar que se marche. Quizá ya es hora de abrir el 'crowdfunding' que Isco pidió en su día. Su último servicio será -si nada lo remedia- en la final de la Conference. Esa chispa de Osasco encendió a un Valencia que casi empató acto seguido. Un balón de Javi Guerra para Diego López y Bartra, a ras de suelo, rechazó el disparo del extremo 'che'.
Tras la reanudación, el Betis salió más enchufado que su rival con un Isco en modo abusón. El malagueño lideró a su equipo en las acciones ofensivas y deleitó a los presentes con dos pasazos y con una ruleta marca de la casa. Se gustó el de Arroyo de la Miel y también se gustó un Villamarín que estaba viviendo sus últimos 45 minutos hasta que pase la remodelación.
Abde estuvo muy cerca de subir un nivel más de felicidad de no ser por un paradón de Mamardashvili. También coqueteó con el gol un Ricardo Rodríguez que ejecutó un testarazo que escupió la madera. Fue entonces cuando Corberán y Pellegrini movieron ficha para aportar frescura. El que la notó fue el Valencia, que encontró en Rafa Mir a su mejor aliado para hacer el 1-1.
El exsevillista, que solo llevaba siete minutos en el campo, aprovechó la primera que tuvo para anotar. André Almeida le filtró una pelota medida al pie y el de Cartagena resolvió con un tiro raso que entró por el palo de Adrián. Definición perfecta para un jugador que apareció por primera vez en el campeonato y justo en el final de curso.
Su nombre quedará en la historia del estadio verdiblanco porque fue el último en marcar. Habrá que esperar un par de años hasta el retorno del nuevo Villamarín. Mientras tanto, al Betis le tocará jugar sus partidos en La Cartuja, en la que será su nueva casa. Pero antes, todo el beticismo está concienciado con la final de la Conference y con ese título europeo que podría ser el primero de su vida. Por su parte, al Valencia le toca replantearse muchas cosas de cara a la próxima temporada si quiere evitar la nefasta primera vuelta del campeonato que le obligó a pelear por la salvación.