Sufrió pero cumplió la Real Sociedad frente al Buñol. El equipo valenciano, de 6ª categoría, rozó el gol en la primera parte al estrellarse en el larguero un despeje de la zaga visitante y, pese a la derrota, disfrutó del sueño de poner contra las cuerdas a un rival de Liga de Campeones.
En un repleto Tomas Berlanga de Requena, más de 3.000 seguidores del Buñol desplazados desde esta localidad hicieron sentir como en casa al equipo de Luis Navarro pese al exilio de algo más de 30 kilómetros que tuvieron que afrontar por no cumplir su estadio los requisitos para esta 1ª ronda copera. Con todas las entradas vendidas, hubo hinchas que siguieron el encuentro desde un cercana colina e incluso subidos a pequeñas grúas.
La Real salió con solo 2 de los titulares del choque del pasado fin de semana ante el Rayo, Jon Pacheco y Beñat Turrientes, y la defensa de 5 local controló sin apuros los primeros compases. La grada cantaba "Sí se puede" y, viéndose fuerte, el Buñol se atrevió a tener el balón y generó las primeras oportunidades. En un centro de Sabater, el despeje de Urko González de Zárate se estrelló en el larguero de Marrero.
La Real entendió el aviso y se hizo con el control del encuentro. No tuvo el equipo donostiarra grandes oportunidades más allá de un remate de cabeza de Sadiq que obligó al veterano Paco, de 44 años y trabajador de una empresa cárnica, a su primera parada.
El obligado cambio de Tobías a la media hora por problemas musculares fue un aviso al Buñol de que la exigencia no había hecho más que empezar pero, bien replegado, el conjunto valenciano logró llegar ‘vivo’ al descanso sin sufrir más que tiros lejanos de Bernat Turrientes, Jon Magunazelaia o Arsen Zakharian. El público celebró el intermedio como media victoria.
Trató Imanol de agitar a su equipo tras el parón con la entrada de Carlos Fernández y Alberto Dadie, que se estrenaba en el primer equipo. El hijo del ex jugador de la Real en los años 80 Luis Fernando Dadie por la derecha y Momo Cho por la izquierda empezaron a abrir brechas en las dos líneas defensiva y acabó por llegar el tanto visitante.
Tras un autopase de Cho por la banda, Dadie conectó un duro disparo desde la frontal que repelió Paco, pero que remachó un atento Carlos Fernández. El banquillo local y el medio centenar de seguidores donostiarras respiraron aliviados.
El tanto dejó tocado al Buñol, pero el chut de Cho que pudo sentenciar el choque se estrelló en el palo y los locales se lanzaron a por el empate en los últimos cinco minutos. Por si acaso, Imanol había metido ya a Robin Le Normand y a Martin Zubimendi, pero estuvo más cerca el 0-2, porque Jon Olasagasti mandó otro tiro al larguero, que el 1-1. Pese a todo los locales se llevaron una enorme ovación de los suyos y un buen puñado de camisetas Champions.