El Plantío se preparó para una noche única. El fútbol de Segunda División volvía a Burgos tras veinte años de travesía en el desierto. En frente, un rival de gala: el Eibar de Gaizka Garitano. La noche prometía ser memorable.
El conjunto 'armero' llegó necesitado al encuentro, algo que se reflejó en su juego desde el pitido inicial. Los vascos querían tener el balón y evitar concesiones que costaran goles en contra, y así lo hizo desde el inicio.
Sin embargo, la pólvora del ataque estaba empapada. Las llegadas del conjunto visitante no acababan con peligro real. El Burgos comenzó a encontrarse cómodo con esta situación y empezó a mostrarse cada vez más atrevido a costa de la falta de acierto de su adversario.
Más allá de alguna ocasión para Pablo Valcarce en el cuadro local, o Stoichkov en el Eibar, la primera mitad transcurrió sin peligro en las dos áreas. Sin embargo, el Burgos comenzó a llegar más conforme pasaban los minutos.
El primer tiro a puerta se produjo tras la vuelta de los vestuarios. Álvaro Rodríguez puso un centro que Alex Alegría remató con un cabezazo, pero Cantero evitó el primer gol de los burgaleses.
El guion de la segunda mitad fue a la inversa. Los locales bajaron la intensidad y el Eibar lo aprovechó para generar más peligro. El premio llegó en el 76'. Tras un rebote en la espalda de Zabaco, Corpas apareció para cazar el rechace y perforar la meta de Alfonso Herrero.
Este gol fue el primero de los vascos en la presente temporada y sirvió para conseguir también la primera victoria del curso. Los de Gaizka Garitano despertaron a base de arruinar la fiesta en El Plantío. El Burgos tendrá que esperar para conseguir su primer triunfo en su regreso a la categoría de plata.