El que se las sabe todas

El único capaz de besar el escudo de su vida. El que porta en su brazalete. El que defenderá en su décima temporada consecutiva. Iago Aspas es el que se las sabe todas en esto del fútbol. Héroe y autor de la remontada del Real Celta sobre el Deportivo Alavés (2-1) que significó la primera victoria de la nueva temporada en Primera División. La idea de Claudio Giráldez funcionó en un partido que remarcó la figura del '10' por activa y pasiva. El VAR le perdonó la tarjeta roja y el fuera de juego semiautomático le anuló un gol antes del descanso. De nada sirvió.
Una contienda en la que el equipo de Luis García Plaza, con la verdad por delante, tuvo piedad. Kike García adelantó al cuadro 'babazorro' y a los revulsivos le sobraron situaciones favorables para sumar el '2' al lado derecho del luminoso. Hugo Novoa no acertó en la definición y a Stoichkov se le hizo de noche con el capricho de la vaselina. La mirada del lamento visitante abrió el telón de la ilusión local. Su capitán se asoció con Williot Swedberg, el protagonista de la trivela del 1-1, y le dio la vuelta a la primera tortilla del menú 2024-25. La élite es implacable y no tiene sitio para el perdón.
El comienzo del arranque fue difícil de digerir. Con la lesión inesperada en el calentamiento de Mihailo Ristic, Óscar Mingueza arrancó desde el inicio en el lateral izquierdo. La multitud de variantes tácticas del equipo gallego no significó mayor presencia en ataque, todo lo contrario. Su rival fue ganando terreno a partir del balón. La liberación de Jon Guridi abrió espacios suficientes a favor de Ander Guevara y Antonio Blanco. Los que van a la par. Lo que uno hace, el otro le facilita el camino. A raíz de este detalle, nació la acción que acabó con el primer gol de la temporada gloriosa.
En el estreno del curso, Kike García le ganó la partida por la titularidad a Asier Villalibre. Para demostrar que la eterna juventud también sabe marcar. El '8' no tuvo oposición y sacó la magia a pasear con un centro perfecto al corazón del área. Con la comba ideal y desde el País Vasco para encontrar la cabeza del '17'. Solo tuvo que formar alianza con la física, rematar el esférico y superar a Iván Villar. Ese caramelo tenía que masticarse y disfrutarse. 0-1 en el marcador. Varapalo inesperado en el Real Celta, que sufrió la implacable efectividad del Deportivo Alavés a las primeras de cambio.
A raíz de aquí, los locales no tuvieron otro remedio que asumir riesgos en busca del empate. Primero fue Fran Beltrán. El '8' recorrió medio estadio para plantarse en el balcón del área y tentar a la suerte. Sin embargo, su remate con la derecha no acabó entre los 3 palos de Antonio Sivera. Hasta que el VAR perdonó a Iago y el fuera de juego fastidió a Aspas. Porque hay que retroceder en el tiempo. El '10' pagó los platos rotos con Antonio Blanco después de que Quintero González no señalara una falta a su favor. La agresión se revisó y el colegiado le mostró la tarjeta amarilla.
La de cal... y la de arena. Al filo del descanso, Jonathan Bamba encontró con la izquierda a Tasos Douvikas, quien le puso el 1-1 en bandeja a su capitán. Se celebró el equilibrio en Abanca-Balaídos, pero el fuera de juego semiautomático pasó a ser protagonista. Como tiene que ser. El ojo que vio lo que no se apreció en primera instancia. El delantero griego arrancó en posición antirreglamentaria -por la uña del pie- la ocasión que propició su asistencia. Gol anulado y frustración en Vigo. Su equipo no llegó a la orilla en el tiempo de intermedio, aunque le quedaba la segunda mitad por delante.
A Claudio Giráldez no le tembló el pulso en la reanudación. De una sola tirada, introdujo a Jailson, Javi Rodríguez... y Williot Swedberg. El ministro de Asuntos Exteriores en Abanca-Balaídos se plantó en la frontal del área y remató con la trivela para vencer a Antonio Sivera. Una igualdad de suma belleza con la que el ambiente se sumó al proyecto de la remontada. Y eso que Luis García Plaza sacó su baraja de cromos a pasear con los ingresos de Hugo Novoa, Stoichkov y Asier Villalibre. Variantes ofensivas que le perdonaron la vida a su rival en la víspera del tanto clave.
El talento formado en el RB Leipzig tuvo el 1-2 de tacón. Tal cual. Carlos Vicente salió al contragolpe por el flanco derecho, recibió el pase al espacio del '16' y le devolvió el favor en bandeja. No obstante, la oposición contraria le obligó al delantero a sacarse el recurso del bolsillo. No conectó con el cuero como quiso y se acordará de esa ocasión hasta la semana que viene. Mismo castigo para el '19', quien tardó demasiado en lanzar la vaselina sobre Iván Villar. El muro anfitrión evitó la tragedia y abrió el telón de la obra del de siempre. Del que nunca falla. Del omnipresente.
A veces, el fútbol se empeña en complicar las cosas. Es tan sencillo como mandarle balones al '10'. No hay más. Williot Swedberg colocó la lupa sobre la posición de su líder. En posición correcta, solo tuvo que acomodarse el cuero hacia su zurda de oro y vencer al meta rival hacia el segundo palo. Locura y descontrol en la parroquia celeste a la vez que un cabreo morrocotudo en el banquillo de los huéspedes. Y no es para menos por las circunstancias explicadas. Borja Iglesias redebutó con el cuadro de su tierra y poco más con el triple pitido final sentenciando al 'Glorioso'.
Agredió a Antonio Blanco por impotencia. El VAR le perdonó la expulsión. Marcó el 1-1 antes del paso por los vestuarios. El fuera de juego semiautomático se estrenó fastidiándole las tablas por la posición antirreglamentaria de Tasos Douvikas. Hasta que se las ingenió para obrar el milagro de la remontada y completar el 2-1 final. Iago Aspas es el que se las sabe todas en Primera División. El Real Celta brinda por la primera victoria de LaLiga EA Sports 2024-25 y ser líder. En la otra cara de la moneda, un Deportivo Alavés fastidiado y con razón porque perdió por exceso de piedad.