Para Vicente y Rubén

El fútbol se presentó en Cádiz, pero el recuerdo de todos está en Valencia. La DANA ha acabado con la vida de más de 200 personas en España. Localidades como Massanassa o Paiporta viven en la oscuridad absoluta, pero sus ciudadanos intentan arrojar un destello de luz para arreglar los destrozos provocados por la naturaleza. Entre ellos, el entrenador y el '14' de Osasuna. Ambos renunciaron para centrarse en lo que de verdad importa. Su equipo le enseñó la mano al Chiclana (0-5) en la primera ronda de la Copa del Rey y la victoria va para Vicente Moreno y Rubén García.
Una dedicatoria rubricada con las firmas goleadoras de Raúl García de Haro por doble partida, Iker Benito, José Arnaiz y Moi Gómez. El cuadro de Alfonso Cortijo funcionó hasta el final de la primera mitad. El asunto dio un giro de 180 grados en el segundo acto, cuando la calidad se presentó en escena. Un plan que aumentó sus revoluciones en el intento de ahorrarse cualquier amago de susto en la competición del 'k.o.'. El '9' aprovechó la oportunidad y falta le hizo, puesto que Ante Budimir concede de todo menos sus galones en el conjunto que dirige Dani Pendín hasta nuevo aviso.
El reloj dio rienda suelta a las manecillas y los de superior categoría impusieron su autoridad conforme los minutos. En las sensaciones, no en el marcador. Y la valentía que reflejó el plan de los anfitriones abrió el hueco para soñar con lo imposible. Cada vez que los rojillos se asomaron con peligro, los gaditanos encontraron la manera de inquietar al contragolpe. Antes de ello, Pablo Ibáñez abrió el cajón de las ocasiones con un derechazo que se estrelló en el muro rival antes de salir por línea de fondo. Además, conectó un testarazo que se marchó por encima del larguero.
Raúl García de Haro también se apuntó al intento de estrenar el luminoso. En primera instancia, se atrevió con un latigazo raso desde la lejanía que no inquietó a Enrique Regrero. Mismo patrón con un cabezazo al centro lateral de Abel Bretones desde la izquierda. Se elevó por encima de David Montero y Jaime León, pero no superó los guantes del '25'. Y en medio de la propuesta foránea, Samuel Fernández sorteó rivales en conducción y tuvo la oportunidad del 1-0 con un misil por bajo al que respondió con seguridad Aitor Fernández a ras de césped. Un duelo de acción y reacción.
En la cercanía al descanso, José Arnaiz conectó una falta directa desde la frontal que se quedó a escasos centímetros de conocer la escuadra. Y en la última situación de la primera mitad, Agustín Butrón surcó los cielos de Chiclana de la Frontera para quedarse al filo del milagro. Conectó con la frente el saque de esquina lanzado desde el sector diestro. Buscó el palo largo con tanta finura que acabó superando la línea de fondo. El paso por el túnel de vestuarios lo confirmó: la falta de continuidad de Osasuna dejó la primera ronda de la Copa del Rey en un hilo tan fino como peligroso.
La vuelta a la contienda fue como traspasar la línea de la heroicidad. La eliminatoria se convirtió en un homenaje a la lógica y los hombres de Dani Pendín se pusieron el mono de trabajo para solucionar la faena en cuestión de 4 minutos. Los 240 segundos que demostraron la superioridad navarra en todos y cada uno de los matices en el juego. Las ayudas en defensa, la movilidad en ataque para encontrar líneas de pase y plantarse en área rival. La intensidad y la velocidad dignas de la élite entraron en escena con Raúl García de Haro e Iker Benito como protagonistas.
Ante Budimir ocupa una sombra tan alargada, que el '9' tiene que tirar de improvisación para apañarse su hueco en el proyecto de Osasuna. Y la calidad no se negocia en estas circunstancias. Le bastó con colocarse en el sitio perfecto para aprovechar un centro raso y sacar el tacón a pasear para superar a Enrique Reguero. Y a partir del 0-1, los de Pamplona dieron rienda suelta a la pasión. Porque apenas instantes después, el chico de la asistencia y el '27' en la espalda improvisó una trampa en área rival. Enseñó el queso y Jaime León mordió el anzuelo cometiendo penalti.
Hernández Maeso no se lo pensó a la hora de señalar el punto fatídico. Hasta los 11 metros se marchó Iker Benito, quien engañó al guardameta a la perfección para doblegar distancias con el 0-2. Ya con el oponente sin saber cómo revolucionar la causa, José Arnaiz encontró el rincón perfecto con el que rematar prácticamente a placer el centro desde la derecha de Nacho Vidal. Y con el archivo visto para sentencia, ambos entrenadores se centraron en el baile de cambios. Uno para dar el premio de disputar la Copa del Rey, otro con el fin de oxigenar la carga de minutos de sus efectivos.
Entrando en el tramo final, Moi Gómez se sumó a la propuesta de Raúl García de Haro. El mejor de los foráneos peleó un balón suelto en el área hasta el final y el mismo rechace concluyó en los dominios del '16'. Solo tuvo que perfilar el golpeo a su zurda y vencer a Enrique Reguero. Con el 0-4, Iker Muñoz se animó desde Pamplona. El arquero sacó sus reflejos felinos a pasear, pero se olvidó de lo más básico: lateralizar el despeje. Y cuando el '9' tiene ganas de reivindicarse, solo le basta con estar atento a los acontecimientos y aprovechar el error para completar los dedos de la mano.
0-5 en el luminoso y Osasuna está en la siguiente ronda de la Copa del Rey. Con el toque de atención por lo visto antes del intermedio, pero con la convicción de una segunda mitad sólida. Las circunstancias no invitan a la sonrisa, pero el proyecto navarro no renuncia a la competición que tan cerca tuvo de ganar el año pasado. Demasiado pronto para extraer conclusiones precipitadas, aunque queda claro que este participante quiere llegar lejos en la maratón del 'k.o.'. Restan algunas cartas por escribir fuera de la Liga, pero esta va dedicada para Vicente Moreno y Rubén García.