No hay nada como volver a vivir los buenos momentos. Sensaciones pasadas que se echaban en falta y que, algún día, se soñó con volver a recuperar. El Atlético de Madrid ganó y cumplió con las expectativas ante el Feyenoord (1-3). El conjunto rojiblanco sacó la copa y el champán y brindó por una nueva clasificación para los octavos de final de la Champions League que, tras el fiasco de la pasada campaña, se saborea de otra manera.
No obstante, su rival no se lo puso nada sencillo y apretó desde el pitido inicial. Así, Minteh tuvo la primera en sus botas en el minuto 2 de juego. Fue un auténtico filón por banda el extremo, tanto que Riquelme sufrió en varias facetas del partido.
Le costó desquitarse de la presión inicial a los rojiblancos que, para más inri, comenzó a titubear en defensa. No obstante, todo cambió cuando empezó a entrar en juego, un partido más, Antoine Griezmann. Todo el ataque 'colchonero' pasaba por sus botas y llegaron las ocasiones. Morata perdonó en el mano a mano ante Bijlow. Excepcional dejada del '7' para la carrera en solitario del delantero. Le adivinó la intención muy bien el meta rival.
Fue tras esto cuando llegó el primer tanto del partido en una jugada muy afortunada para el Atleti. Mala suerte de Geertruida en el despeje, que acabó metiéndose el esférico en su propia portería tras el centro de Llorente y el intento de remate de Witsel. Se sintió más cómodo el cuadro dirigido por el Cholo Simeone y, además, corrigió esos desajustes atrás que le hicieron sembrar dudas al comienzo.
Morata siguió generando ocasiones, pero el delantero no estuvo afortunado esta noche. Se quedó a las puertas de su gol 50 con el Atlético y se le llegó a ver algo frustrado. Sí que hizo historia su entrenador, el Cholo Simeone, que dirigió su partido número 100 como técnico rojiblanco en Champions, convirtiéndose así en el 3º que lo hace con un mismo club junto a dos auténticas leyendas como son Wenger y Ferguson.
Las tornas se igualaron más al comienzo de la segunda mitad e incluso se pudo poner por delante el Atleti. Hermoso puso un balón templado al área y Griezmann la enganchó de primeras. Sin embargo, el poste repelió su lanzamiento.
Pese a ello, el Feyenoord también salió con muchas ganas y dispuesto a recortar distancias en el marcador, ya que esa derrota lo estaba dejando sin ninguna aspiración de luchar por el pase a los octavos.
Sin embargo, el Atlético volvió a asestar un nuevo golpe. Fue por mediación de Mario Hermoso, que en las últimas semanas no deja de demostrar su elevadísimo nivel. Le pegó de primeras el central sin dejarla caer tras la pelota picada de Barrios, estaba adelantado Bijlow y la pelota acabó entrando al fondo de la red.
Slot movió el banquillo en busca de soluciones, pero la realidad es que no encontró ninguna. Y eso que su equipo estuvo bastante incisivo en ataque, pero la sensación no fue otra que la de que el tercero del Atleti estaba al caer. Cosas de este caprichoso deporte, fue el cuadro neerlandés el que recortó distancias a balón parado. Midió mal en el salto Giménez y Wieffer cabeceó a la red un balón desde la esquina. Había partido en Róterdam.
Pero muy pronto se encargó el Atleti de disipar esas dudas de un posible empate. Una vez más, ayudado por ese fuego amigo que practicó el conjunto de Róterdam esta noche. Saltó Santi Giménez y en su intento de despejar el esférico, acabó introduciendo la pelota en su propia portería.
El colegiado indicó el final del tiempo reglamentario y todo el Atleti estalló en júbilo con el pase a octavos. Además, se acabó con la mala racha de 6 encuentros sin vencer a domicilio en Champions y tan solo se necesitaría un punto ante la Lazio para amarrar la primera plaza de su grupo. Le salió todo bien al Atleti en esta fría noche.