Como en casa de los Dursley, disciplina ante la magia

Pepe Bordalás, cual tío de Harry Potter, prohibió la magia en su casa. Si el infeliz de Vernon Dursley intentaba eliminar cualquier rastro de brujería a base de miedo, vetos y ventanas tapiadas con tablones de madera, el técnico del Getafe alejó las varitas y los trucos con disciplina. Y con un orden defensivo y una aceptación tan gustosa del sacrificio que deben ser ya marcas registradas por el entrenador alicantino.
Para los que se hayan quedado anclados en el pasado, hay que decirles que no. Que este no es el Geta faltón y tildado (quizás justamente entonces) de marrullero. Entonces, la similitud con el personaje arriba mencionado sería absoluta. Pero Pepe no paró al Barcelona con violencia ni actitudes dictatoriales. Su equipo hizo las mismas 9 faltas que su rival, por ejemplo. La clave del éxito en la noche de hoy fue la ejecución perfecta de un plan para el que no siempre los grandes tienen solución.
Ese guion era el esperado por muchos en un inicio de partido que, sin embargo, rompió por otro sitio. La estrategia de los locales parecía desmoronarse a los 9 minutos, cuando Jules Koundé, con el 'mood' de 'killer' activado últimamente, puso el 0-1 en el marcador. Pedri, que se escondió la varita para que no se la pudieran requisar a la entrada, le puso un pase perfecto al lateral, que hizo de '9' con un desmarque a las espaldas de los centrales. En su primer intento, David Soria taponó un remate cuyo rechace no pudo terminar de controlar, lo que aprovechó Koundé para, con la izquierda, remachar y adelantar a los suyos.
Antes, Lamine Yamal ya había intentado alguna diablura, pero su recreo fue dura y cercanamente vigilado por demasiados guardias de seguridad. El trivote formado por Djené, Arambarri y Milla vasculaba a tiempo a esa banda derecha del ataque azulgrana para reducir al máximo el espacio donde pudiera brillar el '19'. El canterano, además, contaba con el acoso de Diego Rico y de un desfondado Coba en labores defensivas.
El partido había comenzado por otros derroteros, pero, con el paso del tiempo, se fue acercando al guion explicado. La diferencia era que, con el 0-1, al Barça no le molestaba tanto. El ritmo bajó considerablemente mientras los de Hansi Flick gestionaban la ventaja ante un Geta que se encomendaba a las salidas rápidas de balón, aunque Coba y Uche no parecían ser pólvora suficiente para derribar la puerta de entrada al área de Iñaki Peña.
Sin embargo, la mecha prendió en el minuto 34. Peña metió una buena mano a un disparo de Coba de primeras tras un centro de Milla desde el perfil derecho del área. Pero Arambarri se disfrazó de '9' para cazar el rechace en el área pequeña y poner el empate a 9 minutos del descanso. El plan volvía a estar vigente y recobraba todo su sentido.
A punto estuvo, eso sí, de convertirse en papel mojado 7 minutos después. Lewandowski, a la altura del segundo palo y en el área chica, cabeceó un centro con un remate que no fue ni a puerta ni pudo ser remachado por Araujo ni Koundé. Ambos defensores vieron pasar la pelota ante sus narices en la línea de gol sin llegar a tiempo para empujarla.
Aguantaron el tipo los de casa hasta el descanso y, tras la reanudación, fueron los primeros en coquetear con el gol. En el primer minuto, Arambarri, de primeras, remató un pase de Djené en el área, pero la pelota salió centrada y fue a las manos de Iñaki Peña. En esa acción, el centrocampista cayó lesionado y Bordalás dio entrada, en el 49', a un Yellu Santiago que sería sustituido, sin problemas físicos, solo 17 minutos después.
La respuesta del Barça no pudo ser más inmediata. Salió rápido de esa acción en un contragolpe en el que Raphinha se internó por la izquierda y metió un centro que le llegó a Lewandowski. El polaco la dejó atrás para que Lamine Yamal tirase con la zurda, pero Alderete taponó el disparo en el área chica.
Lamine tardó en poder ser Lamine, pero dejó muestras de su potencial y sus cualidades en el minuto 53. Djené le agarró durante varios metros, pero no pudo parar al '19', que, tras hacerse hueco ante Luis Milla y Yellu Santiago, sacó un punterazo dese la frontal. La pelota, tras rozar en la bota de Alderete, se fue a córner.
Pasaban los minutos y el Barcelona dominaba, pero sabía qué cable tenía que cortar para desactivar a su rival. De hecho, ni veía de qué colores eran. El Getafe empezó a sentirse cada vez más cómodo en su rol de orden y defensa, e incluso amenazaba en llegadas aisladas que, con un Barça cada vez más volcado, contaban con más espacios por minuto. A la hora de partido, Uche terminó uno de esos acercamientos con un zurdazo que se marchó desviado.
Flick, que había metido a De Jong al descanso, dio entrada a un Dani Olmo que sufrió una sonora pitada. En su primer balón, peinó un centro que recibió en el segundo palo Koundé, pero su pase hacia atrás al verse encimado por David Soria no tuvo un final feliz. Al muro del Getafe solamente le salían grietas con pases de Pedri o intentos lejanos de Lamine. El canario, en una de esas, encontró a Raphinha en el área, pero el brasileño estrelló su disparo en Duarte.
Djené, en el 67', demostró por qué es defensa convencido. Terminó una rápida transición de los azulones con un zurdazo en el área que no pudo salir más alto. Dos minutos después, Yamal probó a Soria con un disparo que no exigió mucho al meta. Sí lo hizo De Jong, en el 80', con un disparo a la escuadra que mandó a córner el meta con la parada soñada por todos los porteros: voló y, a mano cambiada, se lució para salvar a los suyos.
El Barça embotelló al Getafe en los minutos finales. Un equipo suele pasarlo realmente mal en ese escenario. No es que los de Bordalás estuvieran tan tranquilos mientras contemplaban el reloj, pero, sin duda, tienen la capacidad de pasarlo menos mal que otros en esas circunstancias. De hecho, solamente un par de acciones de Raphinha pudieron tambalear a los del Coliseum, aunque sin éxito. Especialmente claro fue el remate que, a botepronto, tuvo en el segundo palo, apenas a un metro del poste, tras un gran pase de Lamine. Pero no era el día. La pelota murió en el lateral de la red, mientras que, ya en la última acción de un partido que se calentó en el añadido, su internada a la desesperada no tuvo más repercusión que un saque de puerta que celebraron por todo lo alto los presentes.
El final, tras varias amarillas y un debut un tanto polémico y teatralizado de Ismael Bekhoucha en los azulones, agravó una crisis del Barça que solo se ciñe a la Liga. Tras maravillar en Arabia, con título y goleada al eterno rival incluidos, y pasar por encima del Betis en Copa, los de Flick sumaron su segundo punto de los 12 últimos en juego, lo que les frena un poco más en el intento de asaltar la cima.