Al Getafe le vuelve a funcionar la calculadora

José Bordalás volvió a Getafe para poner las cosas en orden. Después de su paso por el Valencia y ante la necesidad del cuadro azulón en mantener la categoría, a Ángel Torres Sánchez no le quedó otra que llamar al entrenador que metió al 'Geta' en Europa.
Después de un mes y medio sin poder sonreír, fue ante el Celta que el equipo de Madrid regresó al triunfo por 1-0 con el solitario gol de Enes Ünal. A pesar del empate del Valencia, los madrileños seguirán durmiendo en la zona roja de la tabla.
No fue el mejor partido del siglo XXI, pero con estos condicionantes, a Borladás le alcanza y sobra que su equipo se retire del campo de juego exhausto y con los 3 puntos en el bolsillo.
Con el partido recién entrando en calor, Enes Ünal madrugó al Celta en el primer minuto del encuentro. Después de un balón sin sentido, el '10' del Getafe se le apareció a Fran Beltrán por detrás y el jugador vigués, con los ojos puestos en rechazar el cuero, derribó sin querer queriendo al futbolista azulón y el colegiado pitó penalti para el local.
Sin más, Ünal se hizo cargo de la pena máxima y, con un tiro no bien chutado que Villa por poco lo pudo haber detenido, marcó el 1-0 para hacer delirar a un Coliseum que se volcó con el equipo a partir de ese momento.
A pesar del buen comienzo, el mejor futbolista del Getafe pudo haber sentenciado la historia sobre el final, pero su no tomó una buena decisión el '10' del 'Geta'.
Carlos Carvalhal de seguro soñará con este partido. Su Celta, el Celta que ataca y que busca siempre el arco contrario, quedó en Vigo. Obviamente que el Getafe hizo lo suyo y no dejó jugar en ningún momento a los hombres del portugués.
Ni Iago Aspas, que le gusta más que el gol que a cualquiera que haya estado sobre el césped del Coliseum, se pudo iluminar. El único que se salvó fue Carles Pérez, si es que hubo uno.
El ex del Barcelona, que comenzó en el banquillo, fue el que más lo intentó, pero sus compañeros no hicieron lo suyo para aunque sea exigir algo a David Soria.
Con todo el Celta jugado en ataque y con 10 hombres, porque Aidoo, después de una internada de Ünal, vio la segunda cartulina amarilla y el colegio no tuvo otra que mandarlo a las duchas. Con esa ventaja, Bordalás decidió agitar el banquillo y jugarle de contragolpe a Carvalhal.
Hasta 3 ocasiones de gol tuvo el cuadro azulón de sentenciar la historia. Munir, con un disparo al larguero y un mano a mano increíble sin marca, y Ünal, que prefirió fusilar a Villar en lugar de buscar una esquina, pero ninguno de ellos pudo aumentar la ventaja.
Los minutos pasaron, el Celta se desesperó y el Getafe, que miraba el reloj, estaba a punto de volver a sonreír después de un mes y medio sin alegrías.