No lo intenten entender, no traten de buscarle lógica. No pierdan el tiempo. Porque lo vivido este domingo en el Municipal de Montilivi va más allá de la razón, traspasa la frontera de la locura y desemboca en un encuentro demencial en el que la Real Sociedad tuvo que anotar hasta cinco chicharros para poder superar al Girona.
Porque los catalanes se mantuvieron firmes en su feudo y llegaron, incluso, a ponerse por delante en el partido en un par de ocasiones. Pero la calidad ofensiva de los de Imanol Alguacil terminó imponiéndose en territorio rival.
Fue precisamente la Real la encargada de abrir la lata cuando solo se habían jugado ocho minutos de partido. El pase de la muerte magistral de Takefusa Kubo lo cazó Sorloth dentro del área para, simplemente, empujar la bola y estrenar así el marcador.
Y cuando el crono se aproximaba al 23', Rodrigo Riquelme se estrenó como goleador del Girona con una obra de arte digna de los mejores museos. El jugador del Atlético de Madrid, que ese curso juega cedido en el club catalán, dejó atrás a un rival con un caño y se sacó de la manga un brutal y soberbio derechazo imparable varios metros por delante de la línea del área, a la altura del vértice izquierdo, para quitarle las telarañas a la portería de Álex Remiro. Una auténtica barbaridad.
Disfrutaba el cuadro de Míchel de sus mejores minutos de juego y así lo reflejó en el luminoso, donde el segundo tanto local se dibujó tan solo cuatro minutos después del impresionante chicharro de Riquelme. En esta ocasión, fue Arnau Martínez el encargado de volver a perforar los tres palos de la portería defendida por Remiro con un cabezazo magistral ajustado al palo izquierdo con el que le dio la vuelta al partido.
Pero Sorloth, que todavía no había dicho su última palabra, igualó de nuevo la contienda a falta de tres minutos para el ecuador del partido con un fantástico doblete. Controló con el pecho el delantero noruego dentro del área el cuero y, tal y como caía, enganchó el balón con la zurda para enviarlo directamente al fondo de la portería de Juan Carlos.
Con la segunda mitad en marcha, apenas un par de minutos duró esta igualdad, ya que el Taty Castellanos volvió a poner por encima en el marcador al Girona, que se veía capaz de quedarse con los tres puntos en casa y la afición animaba sin descanso a sus hombres.
En el 66', Brais Méndez, de falta directa, dibujó el 3-3 en el marcador, un tanto que obligó al VAR a revisar la jugda, ya que el balón se paseó por el área pequeña entre un mar de piernas, pero, finalmente, la repetición dejó claro que el esférico terminó entrando limpio entre los tres palos rivales.
Zubimendi y Kubo, al rescate
Hasta que aparecieron Zubimendi y Take Kubo para romper de una vez por toda esta constante igualdad y sentenciar el encuentro. El tanto de Zubimendi lo fabricó Mikel Merino con una asistencia de ensueño para que el centrocampista de 23 años solo tuviera empujar la pelota y firmar así el 3-4.
Y por si al Girona todavía le quedaba alguna esperanza de remontar el encuentro, el delantero japonés se encargó de acabar con ellas con un precioso lanzamiento ajustado al palo largo de la portería rival, imparable para Juan Carlos.
De esta forma subió el definitivo 3-5 al marcador, un resultado que permite a la Real Sociedad adueñarse de la sexta plaza de la clasificación con 13 puntos, los mismos que tiene en su poder el Atleti, quinto. Por su parte, el Girona cae hasta la decimotercera posición con siete.