Anulando la resistencia

El Granada no se va a rendir. Para muestra de ello, las 17 operaciones realizadas por su dirección deportiva en el ya superado mercado invernal. Y las 17.941 almas presentes en el Nuevo Los Cármenes lo comprobaron a la perfección. Sin embargo, en la alfombra rectangular siempre hay 2 versiones de los hechos y Las Palmas, a base de insistir, acabó anulando la resistencia de su rival en la pugna por la permanencia. En la vida sin Bryan Zaragoza.
Pejiño apagó la euforia local creada por Bruno Méndez. El resumen rápido y conciso de lo que aconteció en el duelo de la 23ª jornada en Primera División. Un reparto de puntos con el que el cuadro de Alexander Medina se queda a 5 unidades de la salvación con 1 partido más. A su vez, el proyecto de García Pimienta sueña en el 32º peldaño de la escalera. Tendría que subir 4 más para respirar aire europeo. Ese del que presume, de momento, la Real Sociedad.
Ni la ciencia es capaz de explicar la 1ª mitad que se vivió a los pies de Sierra Nevada. El equipo local se vio obligado a remar contra la corriente a las primeras de cambio. Latió como pudo gracias a las intervenciones de Augusto Batalla. Amargó el mano a mano de Sandro Ramírez y detuvo otro golpeo a bocajarro como pudo. Sin embargo, Kamil Piatkowski atropelló a Munir El Haddadi y Busquets Ferrer le mostró la tarjeta amarilla. Aunque eso no hizo justicia.
La acción fue merecedora de ver una tonalidad de cartulina más oscura. Y así lo consideró el VAR, que llamó al 'trencilla' a la pantalla. Una repetición fue suficiente y rectificar es de sabios. El central nazarí fue expulsado en el minuto 21 al ser el último defensa. Y claro, el camino se iluminó para los visitantes. De hecho, Kirian Rodríguez pudo marcar el 0-1, pero su golpeo en jugada ensayada se topó con el palo. Era de película que el 0-0 iluminase el marcador.
Los últimos compases previos al descanso fueron fútbol. Ni más ni menos. Esto se rinde a la eficacia. Nada de méritos ni moralidades. En una falta lejana sin aparente peligro, Bruno Méndez consiguió controlar el esférico con el pecho. Y como pudo, armó la bota izquierda. Remate poco ortodoxo, raso y ajustado... para dentro. Lejos del alcance de Álvaro Valles y suficiente para elevar el 1-0. Fantasía en el Nuevo Los Cármenes y la ilusión por las nubes. Porque hay que luchar para ganar.
Y también interpretar el rumbo del partido. Así lo hizo Alexander Medina colocando a Myrto Uzuni en la reanudación por Matías Arezo. Era de esperar lo que aconteció: Las Palmas se volcó con todo a por el empate. Mika Mármol y Máximo Perrone tantearon en frío, pero los sendos remates concluyeron en todos los lugares posibles... menos en el deseado: el fondo de las mallas. El Granada, bien colocado; su rival, dominando y progresando. Pero no era suficiente para puntuar con la Alhambra como testigo.
Hasta que llegó la demostración del mayor factor en el balompié. Qué infravalorado está ser el revulsivo. El agitador que mueve las corrientes y se las lleva para su terreno. Ese fue Francisco Jesús Crespo García. Si no te suena, quizás Pejiño te resuelve la duda. Balón al espacio para Sergi Cardona, quien elevó el centro hacia la testa del '24'. Esto sucedió en el minuto 68. Pues bien, ingresó en el 63'. Necesitó 300 segundos para equilibrar fuerzas. Frentazo sin mover el cuello y 1-1 en el luminoso.
Caprichos del destino, fue Bruno Méndez -autor del 1-0- quien habilitó la legalidad del lateral zurdo visitante en la acción. A partir de aquí, la coreografía del banquillo marcó los pasos del baile hasta que se apagó la música. Mientras que en el bando anfitrión se celebraron los estrenos de Theo Corbeanu y Faitout Maouassa, los huéspedes buscaron la referencia en Sory Kaba. A expensas de Sandro Ramírez, quien tuvo sus menos y sus más en la 1ª mitad. Una historia de amor sin final feliz.
Ese que casi tuvo Myrto Uzuni. El albanés rompió al espacio, malabareó a Álvaro Valles y colocó el 2-1. El reino nazarí estalló de felicidad, pero el asistente le bajó de las nubes. Banderín arriba y posición antirreglamentaria del '11'. Con la sensación de que los 2 se quedaron a mitad de camino para celebrar la victoria, Busquets Ferrer hizo sonar la triple melodía con su silbato. Punto final a un cuento que se quedó sin la aparición de cualquier condicionante que quebrantase las tablas.
En definitiva, el Granada no se va a rendir en su ejercicio de fe por la permanencia, pero Las Palmas terminó anulando la resistencia rojiblanca. Pensando en la que se avecina -aunque no tanto como el Real Betis-, los andaluces explorarán Montjuïc contra el Barcelona el próximo 11 de febrero a las 21:00. Y los canarios recibirán en su feudo al Valencia el sábado que viene en el mismo horario. La Alhambra tiene 17 razones para creer en que su ejército conseguirá el objetivo.