El Lega tira de orgullo y al Girona le entra el pánico

En Butarque no se rinden. El Leganés, que lo tenía todo cuesta arriba con un hombre menos a los 19 minutos, imprimió un ritmo vertiginoso en el tramo final del partido que asustó al Girona para sacar un punto que parecía impensable. Los de Borja Jiménez pasaron del abatimiento a la felicidad porque se aferraron a una vida extra para la recta final del campeonato.
Y qué decir del equipo de Míchel, que ha caído en picado tras una apoteósica temporada pasada en la que aseguró su primera participación en Champions. De soñar por los campos de Europa a luchar por la permanencia. Algo impensable hace un tiempo atrás. Nadie hubiese dado un duro por ello. Los nervios de los 'Blanc-i-Vermells' van a más porque el descenso sigue muy cerca.
Estaba muy claro que esta final por la salvación iba a comenzar con dos equipos timoratos y con mucho miedo a cometer algún error. Durante los primeros compases, el Girona trató de tener la pelota ante un Leganés que presionó muy arriba para incomodarle para que no jugara cómodo. Los minutos fueron pasando en balde sin nada que comentar hasta el 19'.
Portu aprovechó la pasividad defensiva de Alti y salió disparado hacia portería contraria. Cissé, en su intento por cortar su avance, picó de lleno en el movimiento que realizó el jugador visitante y le derribó siendo el último hombre. El resultado: falta y expulsión. A Borja Jiménez le entraron los siete males y decidió mover ficha con la entrada de Brasanac para protegerse atrás.
El cuadro de Míchel, que contaba con la ventaja numérica, no la rentabilizó y eso que tuvo varias opciones. Un remate acrobático de Stuani que atrapó Dmitrovic, una falta de Miguel Gutiérrez y un testarazo de Krejci que se marchó por encima de la portería. Pero la más clara llegó en el 33', en un ataque protagonizado por Portu y una cesión para un Tsygankov que, tras sortear al guardameta, se topó con Brasanac en la línea de gol. Ya sobre el descanso, el ucraniano volvió a quedarse con la miel en los labios por culpa del sol. El brillo le cegó por completo cuando estaba prácticamente solo para chutar a escasos metros de la portería.
Tras la reanudación, el Girona sí salió a mover el avispero y a los 54 minutos se puso por delante en el marcador. Stuani -no podía ser otro- tenía la solución a los males de su equipo. El uruguayo contó con la colaboración de Portu, otro gladiador con el que puedes ir a la guerra, que colgó el balón al área para que el charrúa, con un salto muy cómodo, cabecease al palo largo de Dmitrovic.
El Girona ya mandaba en su primera batalla por la salvación. El de siempre le dio un respiro a Míchel, que movió su banquillo para tener más control del juego. Sin embargo, el técnico madrileño se encontró con la resistencia de un rival que aparentemente había bajado los brazos. La entrada de Duk fue clave porque eso le dio esa chispa que necesitaba al Lega, que parecía tener 11 en el campo.
Los visitantes cambiaron por completo el chip y despertaron el miedo en los 'Blanc-i-Vermells'. Ese pavor fue su condena. Tras un aviso de Dani Raba y varias reclamaciones locales en el área contraria, Munir, que entró como revulsivo, le dio esperanzas a su equipo con un gol balsámico. Un gol para seguir en la lucha de la Primera División. Un gol que sirvió para abofetear a un contrario que sigue mostrando síntomas preocupantes. Un gol que acabó con una regañina de Míchel a Danjuma por intentar hacerle un caño a Rosier en la jugada previa. Los 'pepineros' se mantienen en descenso a 4 del objetivo, mientras que los catalanes solo están 3 por encima de la zona roja.