Se declara el estado de euforia en Anfield. Y no es para menos. El Liverpool confirmó su sexta victoria consecutiva tras aplastar a un Leeds United que fue zarandeado una y otra vez por un equipo que es un auténtico vendaval y que ya mira de tú a tú al Manchester City en la lucha por la Premier League.
No habían transcurrido ni cinco minutos cuando Luis Díaz tuvo el primer gol con un potente disparo que golpeó en un Sadio Mané que desvió su dirección. Porque ir, iba a la escuadra. Sin embargo, tampoco se hizo esperar mucho la apertura de la lata.
Robertson realizó un buen centro que golpeó en la mano de Stuart Dallas dentro del área. Mohamed Salah asumió la responsabilidad y engañó perfectamente a Meslier para anotar el 1-0. Alcanzada la media hora, Raphinha logró el 1-1 a portería vacía, aunque la acción fue anulada por un claro fuera de juego.
Tan solo dos minutos después, Joël Matip puso el 2-0 con una jugada 'marca de la casa'. El central hizo una de sus particulares conducciones, combinó con Salah y terminó definiendo a las mil maravillas ante el portero visitante.
En este punto, los 'reds' ya habían olido sangre y no parecían dispuestos a bajar el pistón, sino todo lo contrario. Un buen balón al espacio dejó solo a Mané ante el guardameta. Luke Ayling lo trastabilló y Michel Oliver no dudó: segundo penalti del partido.
De nuevo, el 'Faraón' asumió la responsabilidad y de nuevo vio puerta, en este caso con un preciso disparo a la escuadra. Fabinho erró minutos después un gol a bocajarro, pero ya poco importaba. Anfield era una verbena.
El 3-0 hizo que el conjunto del Merseyside bajara el pistón tras el paso por vestuarios. Así, Raphinha probó suerte desde fuera del área, encontrándose con un Alisson muy seguro que, el poco trabajo que tuvo, lo solventó con solvencia, valga la redundancia.
El choque estaba ya visto para sentencia y Klopp se dedicó a realizar cambios para levantar de sus asientos al público. Las salidas de Thiago o Luis Díaz y las entradas de Origi o el capitán Henderson parecían el broche de oro a una noche memorable.
El gran truco final
Sin embargo, los Salah, Mané y compañía se habían guardado lo mejor para el final. En el 80' el campeón de la Copa África puso el cuarto tras un pase de fantasía del egipcio para Henderson y la posterior asistencia del capitán, que había entrado pocos minutos antes.
El tiempo ya estaba cumplido, pero la función todavía no había terminado. El colegiado añadió dos minutos, y esto ante un equipo como el de Klopp puede ser todo un mundo, como se vio.
Meslier detuvo con apuros un disparo de Divock Origi. El rebote llegó nuevamente al belga, que sin querer dejó el cuero en bandeja a Mané para que hiciese a placer su doblete particular y la 'manita' de los locales.
El resultado redondo parecía suficiente, pero no para Virgil Van Dijk. "¿Que el señor árbitro ha añadido 2'? Pues marco a los 3'", debió pensar. Un centro medido al primer palo con posterior cabezazo del neerlandés culminó un resultado para el recuerdo.
El Liverpool mete miedo y se queda a tan solo tres puntos de un Manchester City que deberá hacer las cosas muy bien para llevarse el título. Por su parte, el Leeds United, que ya acumula más goles en contra que toda la temporada pasada, se acerca peligrosamente al descenso tras sumar un solo punto de los últimos 15.