El Paris Saint-Germain sufrió como nadie imaginaba en Haifa. Fue perdiendo durante un buen tramo, pero la calidad de Messi y de Mbappé fue suficiente para llevarse los tres puntos.
Se encontró el conjunto parisino con un rival que hizo más de lo que decía su historial. El Maccabi Haifa vendió cara su derrota y, por momentos, mereció más que el 1-3 con el que se fue.
De hecho, se adelantó el conjunto israelí, la cenicienta de esta fase de grupos, ante la pasividad defensiva del PSG. Solo defendían cinco en el cuadro de Galtier, mientras que el resto bajaban andando a su propia área.
Le está pasando factura física al PSG en este tramo de la temporada. Chery fue el encargado de inaugurar el marcador. Un error en la salida del balón del PSG provocó que el jugador del Maccabi, tras un buen centro de Haziza desde la derecha, metiese la pierna para poner el 1-0 en el marcador.
Se salvó el PSG de marcharse con más desventaja cuando Pierrot, totalmente solo, batió a Donnarumma. El linier vio bien que estaba adelantado por unos centímetros.
Con el paso del tiempo, y pese a la zozobra delante y detrás, apareció Messi para marcar. Mbappé, por la izquierda, realizó una gran jugada individual y, como si su bota fuese un imán, Messi recogió la pelota para poner el 1-1.
El paso del tiempo no sentó bien al Paris Saint-Germain, si bien la mayor calidad manifiesta de su plantilla fue suficiente para ganar el partido. Ni un movimiento, ni un espacio, hasta que apareció de nuevo Messi.
El '10' combinó con Mbappé para que el 'Príncipe' galo pusiese la tranquilidad en el banquillo del Paris Saint-Germain y apagase, poco a poco, la ilusión del Maccabi Haifa.
Finalmente, la tercera pata del triciclo, Neymar, se desquitó con el gol de la sentencia, el que permitió al PSG respirar en el añadido y hacerse con el segundo triunfo del curso en Champions.