El Madrid continúa viviendo un momento dulce. El conjunto blanco, que llevaba celebrando el título liguero desde el pasado domingo en Cibeles, cerró los festejos este martes en el Santiago Bernabéu con una goleada al Alavés (5-0). El equipo de Ancelotti ofreció a sus aficionados el trofeo y una victoria aplastante.
El madridismo es consciente de que los partidos que quedan de aquí hasta la final de la Champions son una mera preparación para prepararse para el Borussia Dortmund. 'Carletto', tras unos últimos encuentros con los menos habituales, probó con los teóricos titulares un ensayo frente a un equipo que concedió muchas facilidades a su rival. Los de Luis García Plaza dejaron mucho que desear y pasaron por la capital sin hacer mucho ruido, sin molestar, conscientes de que fueron invitados a una fiesta.
Su acción más peligrosa llegó nada más empezar el juego. A los 2 minutos, Samu Omorodion metió el pie en las narices de Courtois y el belga tiró de reflejos para evitar el gol. La jugada continuó y el corpulento delantero, ante una pelota muerta, volvió a probar a un guardameta que de nuevo rechazó el cuero.
A partir de ese momento, el Madrid empezó a subir la marcha hasta el punto de que se dejó ver constamente por el área de Owono. Vinicius fue el que más lo intentó y se desesperó porque las ayudas de los vitorianos le privaban de poder rematar la faena en los últimos metros. Al final, Bellingham fue el encargado de abrir el marcador. El inglés se la pidió a Kroos y el alemán le puso la pelota donde la pidió para, con la derecha, superar al guardameta.
No había noticias del Alavés, que se empeñó en ser la piñata de la fiesta del cuadro de Concha Espina. El conjunto 'merengue', lleno de felicidad, fue con todo para destrozar a su rival y a poco de llegar a la media hora entró a escena el 2-0. Camavinga se estiró para controlar un balón de Bellingham, se abrió hacia fuera y puso el cuero al primer palo para que Vini lo empujase al fondo de la red.
El ensayo de Courtois
El partido era muy plácido para los blancos, que hicieron disfrutar a sus aficionados. Courtois, que cada día que pasa tiene más pinta de ser titular en la final de la Champions, volvió a emplearse a fondo muy cerca del descanso en un tiro de Hagi. Y de ahí se pasó al 3-0 de un Fede Valverde que limpió las telarañas de la escuadra izquierda de la portería 'babazorra'.
Tras la reanudación, el Madrid, cuyo Plan A era meter más goles al Alavés, activó el Plan B, que no era otro que permitir a los vitorianos acercarse para probar a Thibaut. Fueron unos minutos en los que el belga estuvo muy fino, siendo la mejor de sus intervenciones una mano abajo a Hagi. El rumano controló un melón en el área y buscó el palo izquierdo, pero se encontró con un belga que recordó al mejor Courtois de siempre. Samu Omorodion también vio cómo el cancerbero le negó el tanto tras tocar su disparo en Militao, que poco antes dio el susto al caer mal con la rodilla derecha.
Después de ese momento, Vinicius acaparó de nuevo los focos porque se volcó sobre la portería de Owono. El brasileño, desquiciado con el árbitro era muy pasivo ante las continuas tarascadas que recibía, metió el cuarto a los 70 minutos gracias a Bellingham. El '7', que miró previamente donde estaba el ecuatoguineano, la puso en el palo más alejado.
La fiesta era absoluta y Ancelotti empezó a mover ficha. El italiano quitó a Kroos y dejó una de las imágenes del día al indicarle a Toni cómo le aplaudía todo el Bernabéu. El alemán todavía no ha decidido nada sobre su futuro y 'Carletto' intentó convencerle de que se quedase a su manera.
Ya en el 81', Arda Güler, en su primera oportunidad de remate en el área, aprovechó un balón rechazado de la defensa a tiro de Rodrygo para firmar la 'manita'. Su entrenador no pudo contener la risa porque el otomano marcó otra vez en un partido, lo que demuestra que es un chico que tiene algo especial.
El Madrid echó el telón a la fiesta con una piñata de Vitoria. La única nota negativa fue que Rodrygo sigue peleado con el gol. De hecho, el brasileño, en la más clara que tuvo, estrelló la pelota en el muñeco.