Un partido muy de lunes

Mallorca y Osasuna dieron otro pequeño pasito en su lucha por clasificarse a Europa la temporada que viene. Ambos conjuntos lo siguen haciendo a pasos cortos, sin prisa, pero con el sueño de alcanzar la 6ª plaza intacto. Este lunes, empataron a uno, en un partido sin mucho atractivo y que perfectamente pudo acabar sin goles, aunque fue en la recta final del partido cuando sucedió todo y se rompió el hielo.
Salió con coraje el cuadro bermellón en los primeros compases del choque, pero muy pronto fueron los rojillos los que dominaron. La posesión de la pelota estaba en poder de los de Vicente Moreno, hoy en la grada por sanción. Además, Bryan Zaragoza, principal novedad en el once tras su lesión, comenzó a hacer de sus diabluras por la izquierda y fue el que más peligro generó para los suyos.
Sin embargo, las ocasiones brillaron por su ausencia. Las llegadas fueron algo tímidas y con falta de finalización. Pudo romper el hielo Boyomo en el 17', pero el central no se esperó la pelota y, en boca de gol, el esférico pegó en su muslo y se fue fuera.
Respondió el Mallorca en un contragolpe, con un balón a la espalda de la defensa y para la carrera de Muriqi, pero el kosovar se durmió y el propio Boyomo le acabó encimando para arrebatarle la pelota cuando ya estaba delante de Sergio Herrera.
No hubo tiempo para lamentaciones y el cuadro bermellón dio un pase arriba en los minutos finales. Pidió la segunda amarilla para Torró tras una dura entrada sobre Samu Costa, pero Cordero Vega no amonestó al '6' rojillo. Con esta polémica, los dos equipos enfilaron el túnel de vestuarios con el 0-0 en el marcador.
Comenzó con brío el segundo tiempo y con una ocasión a favor del Mallorca. Contragolpe que comenzó en un saque de banda, excepcional acción individual de Robert Navarro, que filtró para Muriqi, pero su remate le salió al lateral de la red.
Fue de lo poco que sucedió, pues el partido se volvió un tanto espeso y con demasiadas indecisiones en ambos bandos. Todas las ocasiones se perdieron por línea de fondo y ninguna de ellas acabó de inquietar a ninguno de los dos porteros.
No fue hasta el 78 cuando el marcador se pudo desequilibrar. Contragolpeó Osasuna por la derecha, Areso metió el centro y Budimir prolongó lo justo y necesario para Moi Gómez, que apareció desde atrás libre de marca, pero su definición se marchó fuera tras rozar en un defensor. Fue la más clara para los rojillos en lo que iba de partido.
Inmediatamente después y en otra salida al contragolpe, pero, esta vez, en el lado contrario, el Mallorca tuvo su gran oportunidad. Recibió Muriqi en la frontal, se midió ante Catena y este le acabó derribando dentro del área tras golpearle en su pie de apoyo y cuando ya tenía el balón controlado. El delantero kosovar lo transformó a la izquierda de Sergio Herrera y rompió así su mala racha de 7 partidos consecutivos sin ver puerta.
Pero Osasuna no había dicho su última palabra. Todo el conjunto rojillo se volcó en busca del empate. Entretanto, el Mallorca abogó por hacer un ejercicio defensivo responsable y sin echar por la borda todo el trabajo.
Se entró así en el largo tiempo de añadido de 8 minutos y todo podía pasar. Así pues, en el ecuador de la prolongación, Osasuna se llevó la mayor de las alegrías. Jugada de Kike Barja por la derecha, no llegó Budimir, pero sí Catena, que metió el pie como pudo, pero Greif se la encontró. El rechace le quedó a Boyomo sobre la misma línea y, con un ligero toque, convirtió el 1-1 en el último suspiro.
No obstante, aún tuvo tiempo para adornarse el meta mallorquinista, que realizó una genial estirada para salvar el gol a remate picado de Catena. Cordero Vega decretó el final de los 90 minutos y Mallorca y Osasuna cerraron la jornada 23 con un punto para cada uno.