Nuevo pasito del Madrid hacia el título. Esta vez, el conjunto 'merengue' lo dio en Mallorca, un territorio que se le ha atragantado en 2 de sus últimas 3 visitas. Después de besar el suelo de Son Moix, los blancos consiguieron salir indemnes de territorio isleño gracias a un gol de Aurélien Tchouaméni.
El francés, imprescindible en el equipo de Ancelotti, completó los 90 minutos del partido a un gran nivel y encima se encargó de firmar el tanto de una victoria que deja en muy buena posición a los de Concha Espina. De sobresaliente la actuación del mediocentro tanto a nivel defensivo como ofensivo. Siempre encimando cuando un rival recibía al igual que cuando le tocaba echar una mano arriba.
Eso sí, el todoterreno galo, que corrió de un lado a otro como alma que lleva el diablo, contó con la ayuda de un Morlanes que desvió la trayectoria de su potente disparo. Una fortuna que tuvo el Madrid en Mallorca y que no sabremos si tendrá en Mánchester. El City ya espera a los blancos, que echarán en falta a Tchouaméni, el único que claramente no tenía la cabeza en Inglaterra porque sabía que no iba a estar.
Aburrimiento absoluto
El que esperaba un partido trepidante entre Mallorca y Madrid estaba muy equivocado. El cuadro bermellón salió al terreno de juego de Son Moix con la idea clara de ser fiel al estilo de Javier Aguirre, el de dejar hacer al rival y tratar de aprovechar cualquier pérdida o robo para salir al contragolpe. Los bermellones siguieron con el plan de todo el curso y el que les llevó a la final de la Copa del Rey, y consiguieron que los blancos se atascasen.
Los Modric y compañía estuvieron muy lentos en la circulación ante un oponente que también le presionó cuando recibía algún hombre de arriba, como el caso de Bellingham o Brahim. Poco podemos decir de Joselu porque ni siquiera se presentó en el feudo isleño. No hubo ni rastro de él en 45 minutos al igual que ocasiones de gol.
Lo más reseñable hasta la primera media hora fue un recorte de Rajkovic al propio Joselu, aunque a partir de ese momento llegaron dos buenas oportunidades para cada uno. El primer aviso lo dio el Mallorca con un testarazo imperial de Raíllo que rechazó un Lunin que tenía incluso a un rival delante.
La réplica del Madrid llegó de manera inmediata con un disparo de Jude Bellingham que impactó en la madera. El inglés, que había entrado muy poco en juego, recibió de un Tchouaméni que se quitó de encima a 3 advesarios. Para su desgracia, el británico no pudo sonreír.
Tchouaméni divisa tierra
Todo el mundo esperaba que la segunda parte fuera igual que la primera, pero la diosa fortuna y Tchouaméni se aliaron para formar un tándem que derribó la portería de Rajkovic. Apenas se llevaban 3 minutos de la segunda mitad cuando el galo, que recogió un balón despejado por Raíllo, conectó un chut potente que tocó en Morlanes y que cambió por completo la trayectoria para acabar en la red. Rajkovic solo pudo hacer la estatua (0-1).
Ese gol fue todo un alivio para la compañía blanca, ya que muchos de sus hombres llevaban pensando en Mánchester desde incluso antes de este partido. El único que estaba centrado en lo que tenía que hace era Tchouaméni, el jugador más potable de los suyos y que se encargó de hacer de guía hacia la victoria.
Su tanto le dio una mayor confianza para el resto del partido y su equipo salió ganando con creces. Bellingham y Brahim, los que en más de una ocasión han salvado al Madrid este curso, firmaron otro encuentro para olvidar. De hecho, el malagueño desperdició una oportunidad clarísima ante el portero. Modric y Joselu armaron una gran jugada en un par de metros y el croata, que miró por el rabillo del ojo al internacional marroquí, le dejó la pelota franca en el área y un mal control le llevó a perder el 0-2.
Por su parte, el Mallorca, que generó muy poco en ataque, le metió el miedo en el susto a los blancos con un pelotazo en largo de Rajkovic. Toni Lato aprovechó una subida de Lucas Vázquez y buscó el centro atrás para Abdón, pero Nacho intuyó lo que iba a hacer el balear y taponó su disparo.
El encuentro estaba bien controlado por el Madrid, que tuvo una mayor presencia en ataque con la entrada de Vinicius. El brasileño, persona non grata en territorio mallorquín, salió espoleado por los pitos y se mostró en una acción individual ante Maffeo y otra frente a Raíllo. Valverde casi lo aprovechó en esta última porque Nastasic salvó bajo palos.
La respuesta de los de Javier Aguirre fue con un voleón de Darder que Lunin repelió. El mediocentro pidió al público apretar y entramos en unos minutos finales que pudieron terminar de otra manera. En la última jugada del duelo, un balón desde el campo bermellón acabó en el área blanca y Lunin, que parecía que lo tenía fácil para atraparlo, se le escapó ante la presencia de Muriqi y el kosovar erró a puerta vacía. Ahí pudo estar media liga.
El Madrid mete presión al Barça -le deja a 11 con un partido pendiente- y le saca ya 13 puntos al Girona a falta de 21 puntos por disputarse. Los de Concha Espina ya ven en el horizonte la tierra que conduce al título.