El Real Madrid ha puesto la directa hacia el título de Liga. En un Sadar entregado, los errores de Osasuna propiciaron una victoria fácil para el conjunto de Ancelotti, que encara el parón con una gran ventaja a la espera de los partidos del Girona y el Barcelona.
Con un Vinicius desatado, para bien y para mal, el equipo blanco deja atrás cualquier fantasma pasado. Tiene que dar gracias al conjunto rojillo, especialmente a un Catena que regaló el primero de los goles cuando los aficionados aún no se habían sentado.
En el último partido sin Bellingham, fue Vinicius el que se puso el traje de gala para marcar un doblete más y desquiciar a una grada que le gritó "tonto" y le despidió con una sonora pitada.
Un diablo vestido de blanco
Vinicius comenzó el partido con el pie derecho. Aprovechó que Catena se arriesgó a regatearle para plantarse solo en el área y batir a un Sergio Herrera que nada pudo hacer para evitar el primero de la tarde. No sería la primera vez que se encontraría con el portero rojillo. Y es que pocos minutos después, y ya con el 1-1, se embolicó en hacer una bicicleta que le privó de marcar el doblete en apenas 4 minutos.
Entre una y otra acción apareció Osasuna en el área de Lunin. Un córner que cabeceó Carvajal hacia atrás terminó, tras otro toque, en los pies de un Budimir que aprovechó la falta de marcas por parte de la defensa blanca para devolver la igualada cuando apenas se habían jugado 7 minutos en El Sadar.
El partido fue bonito para el espectador neutral, al menos en una primera parte que estuvo igualada con un Real Madrid, eso sí, más dominador. Y es que hubo que esperar poco tiempo para ver el tercer gol de la tarde. Como si fuese Modric, como si fuese además un '9' puro, Carvajal remató con el exterior dentro del área para poner el 1-2 en el marcador.
Las ocasiones se sucedieron en una y otra área. Los porteros se ganaron su sueldo con paradas de mérito, especialmente un Sergio Herrera que vio cómo la defensa adelantada de Osasuna suponía más un problema que una virtud, dejando espacios a Vinicius y a Rodrygo al espacio.
Precisamente el primero de los brasileños fue protagonista antes del descanso. Le pierden a Vinicius las protestas y se llevó una amarilla por reírse del colegiado una acción en la que no hubo nada. El jugador del Real Madrid tiene tendencia a desquiciarse, tanta como protagonismo tiene con el balón.
Aprovechar los espacios
Siguió firme con su apuesta Arrasate de adelantar la línea de 3 defensas, pero hoy no era el día de los zagueros. De nuevo Catena, pitado en el descanso y cuando fue cambiado posteriormente, salió en la foto del tercer gol del Real Madrid. No llegó a un balón por alto y permitió a Brahim entrar solo, como Vini hizo en el 0-1, para sentenciar el encuentro en su semana más difícil.
El golpe fue demasiado duro para un Osasuna que tiene los deberes hechos a mitad de marzo. El cuadro rojillo buscó con insistencia la presión alta y volvió a dejar con espacios a un Vinicius que sacó su galería de regates y calidad para, con sutileza, marcar el último gol del Real Madrid y llevarse las manos a las orejas para escuchar los pitidos e insultos del Sadar.
El gol del honor lo marcó Iker Muñoz en el añadido. Un gol que solo sirvió para llenar el corazón de un equipo que no tuvo su día y que tuvo que aguantar las embestidas de un Real Madrid que va directo hacia el título de Liga.