"Es el momento de los grandes, no voy a esconderme". Con estas palabras, Kylian Mbappé avisó en la previa. Pues bien, el francés jugó al escondite y el Barcelona resurgió de sus cenizas europeas para tumbar al PSG (2-3) en la ida de los cuartos de final de la Champions League. Un espectáculo a la altura de las expectativas que decidió Andreas Christensen en el primer balón que tocó. En la confirmación de que el cuadro de Xavi Hernández está pletórico... y el bloque de Luis Enrique tiembla desde sus cimientos.
De nada sirvieron los tantos de Ousmane Dembélé y Vitinha, ambos en un espacio temporal de 134 segundos. Porque el fútbol le brindó a Raphinha su mejor noche como azulgrana. No solo por el doblete, sino por la capacidad de regalar su talento a pierna natural llevándole la contraria a la modernidad. Las trenzas significaron mayor calibre y la ventaja del equipo español de cara a la guerra de la vuelta. Batalla decisiva que el autor del 2-3 y Sergi Roberto verán desde la grada por sanción después de ver sendas tarjetas amarillas.
Con las espadas en alto
Yoda en el mosaico, la banda sonora de 'Star Wars' de fondo y con las espadas en alto. No fue un partido cualquiera. Y los locales arrancaron con la 6ª marcha. Ousmane Dembélé, ansioso de callar bocas y demostrar lo que perdió la Ciudad Condal, protagonizó las primeras embestidas, pero no significaron peligro tangible sobre Marc-André ter Stegen. Apenas un disparo mordido que se marchó desviado fue la carta de presentación de Kylian Mbappé en la eliminatoria.
Y los españoles, muy de menos a más. De ser víctima de la presión propuesta por Luis Enrique a culpable del cambio de guion. Los pases filtrados de Pau Cubarsí y el desplazamiento en largo facilitaron la creación 'culé'. Con Robert Lewandowski alejado de zona franqueable, aunque excelso en las combinaciones y en segundas jugadas. Joao Cancelo probó en varias ocasiones sin éxito. Pero la fortuna le iba a sonreír al '11'. Al zurdo de las trenzas que compitió como nunca y vive su mejor estado de forma.
Darth Raphinha
A Darth Raphinha le faltó soltarle un "yo soy tu padre" a Gianluigi Donnarumma. Lamine Yamal dibujó el centro con el exterior y el meta italiano no solo llegó tarde. Su despeje tampoco fue bueno. El rechace le cayó al extremo, quien coló el 0-1 al primer toque y con la pierna diestra. Se hizo el silencio en el Parque de los Príncipes con su primer tanto en Champions League. El paso por los vestuarios fue la mejor noticia posible para el PSG, que necesitaba una reacción inmediata. Y su estrella, prácticamente apagada.
La única conclusión del asturiano en el descanso fue que el experimento de Marco Asensio no funcionó. Y no tardó en agitar el árbol con la entrada de Bradley Barcola. Es más, modificó el esquema desplazando a Lucas Hernández al carril derecho para contrarrestar al autor del golpe franco. Con el pitido de la 2ª mitad, la clave de la reanudación y quién sabe si de la eliminatoria. La auténtica pesadilla del Barcelona, que vio cómo pasó del todo a la nada en 2 situaciones de peligro consecutivas... que desembocaron en goles.
134 segundos... para ver a Pedri renacer
2 minutos y 14 segundos. El tiempo que tardó el PSG en darle el giro de tuercas al marcador. Ousmane Dembélé le lanzó el amago a Frenkie de Jong y se llevó el golpeo a su zurda para fusilar a Marc-André ter Stegen. Pese al intento del rival, nada pudo evitar las tablas con el 1-1. Ni tampoco el 2-1, que nació gracias a una triangulación perfecta. Kang-In Lee localizó a Fabián Ruiz, quien filtró al espacio hacia Vitinha. Y el portugués definió a placer para horrorizar los planes de Xavi Hernández. Recuerdos fatídicos.
Pero en el banquillo de los huéspedes esperaba el factor diferencial. El que viajó hacia la ciudad del amor sin el alta médica y con la esperanza de volver más fuerte que nunca. 134 segundos... para ver a Pedri renacer. El genio canario recogió el testigo de Sergi Roberto y, a las primeras de cambio, frotó la lámpara para concederle 3 deseos a Raphinha. Que su golpeo fuese en dirección portería, que Gianluigi Donnarumma no apareciese para variar... y que su equipo siguiera con esperanzas de conquistar el Parque de los Príncipes.
La Fuerza de Christensen
Aprovechando los guiños a 'Star Wars', Andreas Christensen usó la Fuerza para sentenciar la 1ª porción de la eliminatoria con el 2-3. Ingresó en detrimento de Frenkie de Jong. No esperó ni a los granitos del reloj de arena para cabecear el caramelo desde la esquina envuelto por Ilkay Gündogan. Eso sí: los deméritos para el transalpino. Desacertado sin despegarse de la línea de cal. Y eso que el esférico aterrizó en el área pequeña, esa cazuela de menores dimensiones en las que el arquero debe dictar las leyes. No el rival.
El Barcelona se tomó a pecho el "es el momento de los grandes" de Kylian Mbappé y ganó el primer pulso de los cuartos de final de la Champions League. Pero cuidado porque el PSG se encontró con la madera hasta en 2 ocasiones. La 1ª, de Bradley Barcola; la 2ª, de Ousmane Dembélé. Todo se decidirá en la cima de Montjuïc. El trabajo no está finiquitado ni mucho menos, pero en la Ciudad Condal han aprendido la lección del Viejo Continente: es hora de volver a ser un equipo digno si quiere soñar con su 6ª 'Orejona' 9 años después.