Por si restaba alguna duda, ya está resuelta: en Vallecas no te aburres. Lo que empezó siendo una cadena humana protegiendo a su estadio de intereses ajenos se convirtió en una fiesta marcada por el mismísimo diluvio universal. Entre rastros de agua, Rayo Vallecano y Cádiz pidieron un granizado de frustración para sufrir el 1-1 definitivo. Una vida menos y otra oportunidad desperdiciada de reencontrarse con la victoria. La que se acerca a ser un verdadero milagro en ambos casos.
La cámara oculta de la jornada 27 en Primera División vivió un fútbol descafeinado. Sin clarividencia ofensiva. Hasta que un fuerte temporal de lluvia, nieve y frío paró el asunto durante 11 minutos y rompió el hielo -nunca mejor dicho-. Florian Lejeune aprovechó la cantada de Conan Ledesma para acercarse al 6º triunfo de la temporada. Pero Javi Hernández desquebrajó la comunicación entre Jorge de Frutos y Aridane. Superó a Stole Dimitrievski, al estadio del pueblo y devolvió las esperanzas de la salvación. La que se queda a 7 puntos.
En la esquina
En contextos tan complejos, la clave de este deporte puede estar en la esquina. Ante la falta de puntería, los visitantes saltaron al frente a raíz del balón parado desde el rincón. Con hasta 4 envíos consecutivos -curioso cuanto menos-, los locales no encontraban el camino hacia la comodidad. Porque los gaditanos eran conscientes de lo que había en juego. Mucho más que 3 tesoros. Porque el descenso aprieta y el hecho de no ganar desde septiembre significa un peso insoportable en la mochila.
Con dicha inercia, Maxi Gómez tuvo la más clara hasta el descanso. El charrúa armó la testa y cabeceó a la salida de un córner, pero se topó con la fabulosa intervención de Stole Dimitrievski. La impresión sobre el verde se acercaba al 0-1, aunque Isi Palazón también avisó a Conan Ledesma. El argentino tuvo que reaccionar en 2 tiempos para atrapar el latigazo del '7' desde la larga distancia. La tensión en Vallecas crece conforme las fechas y no es para menos, no se esperaban vivir este cuento entre la vida y la muerte.
Pasado por hielo
Óscar Trejo pudo decantar la balanza hacia su bando al filo del intermedio. El '8' se plantó sobre la frontal y disparó ante la esperanza de los presentes. Sin embargo, el misil por bajo se estrelló en la valla publicitaria tras coquetear con el palo. Con esto y poco más, Alberola Rojas señaló el camino de los vestuarios. El pasotismo no se presentó a escena, pero sí la sensación de que ambos no eran capaces de trasladar a la práctica lo que entendían a la perfección sobre la teoría.
La reanudación desembocó en el giro de los acontecimientos. Lo que nadie esperaba. La lluvia apretó de tal forma que se convirtió en granizo y el terreno de juego se quedó pasado por hielo. No fue un leve temporal. Eran piedras que ponían en peligro a los presentes. El colegiado no se lo pensó 2 veces y detuvo el encuentro. Una imagen fuera de lo común que no pausó la música celestial. Muchos de los aficionados no se movieron de sus localidades entre aplausos, risas, cánticos y la incredulidad de lo extraordinario.
El precio de los errores
11 minutos después, volvió la acción. Y con ella, el baile de los cambios. Tanto Íñigo Pérez como Mauricio Pellegrino agitaron sus planteamientos en busca de asociarse con la alfombra. La que quedó teñida de blanco entre tanto verde. Los capitalinos reforzaron la medular con Unai López y Pathé Ciss y amenazaron con Jorge de Frutos y Radamel Falcao. A su vez, los gaditanos pusieron todo el helado en el congelador con Chris Ramos, Sergi Guardiola, Iván Alejo e incluso Darwin Machís. En busca de la diferencia.
La realidad dictaminó que ambos pagaron el precio de los errores. En primer lugar, Conan Ledesma. El meta argentino sufrió la injusticia de los porteros. Después de mantener en el electrónico a los suyos, salió a por copos de nieve en un córner que cayó a las botas de Florian Lejeune. El francés remató a placer para transformar el 1-0. Sin embargo, la felicidad no perduró hasta el triple pitido final. Javi Hernández se encargó de salvar a su tripulación para seguir creyendo en las matemáticas.
Todo sigue igual
Víctor Chust, en un ejercicio de fe inconmensurable, mandó un pase de zurda al espacio. El milagro llegó cuando Aridane y Jorge de Frutos no se comunicaron para repeler la embestida rival. El balón acabó en los dominios del '15' y habilitó el mano a mano frente a Stole Dimitrievski. Prácticamente vendido, no frenó el reparto de puntos. 1-1 en el marcador... y pudo ir a más. La incertidumbre reinó en los compases finales, aunque sin trascendencia en el luminoso. Lo que se resumió en un granizado de frustración.
En definitiva, todo sigue igual en el Rayo Vallecano y en el Cádiz. Los 'piratas' no saquean los puntos al completo desde el estreno de 2024. Cuando sorprendieron al Getafe en el Cívitas Metropolitano por 0-2 el pasado 2 de enero. Aunque hay que retroceder aún más en la máquina del tiempo en el caso de los amarillos. Los registros recuerdan que en la 'Tacita de Plata' sonrió por última vez el 1 de septiembre de 2023, fecha en la que superó al Villarreal por 3-1. La permanencia no espera a nadie y urge una reacción. El tiempo se echa encima.