Puro Modric, puro Real Madrid

Pasarán los años, muchos jugadores, pero en la memoria del madridismo siempre quedará un nombre grabado a fuego: Luka Modric. El mago croata, que ha ganado todo lo que podía ganar con el Real Madrid, tuvo que salir desde el banquillo ante el Sevilla para rescatar a su equipo, que dio otro pasito más hacia el título liguero.

El conjunto blanco estaba haciendo un partido muy plano, aunque poco a poco creciendo ya entrado el segundo tiempo. Pese a ello, la entrada del de Zadar fue clave porque él solito se bastó para firmar una victoria gloriosa por todo lo que está viviendo. Este 'viejoven' está teniendo un rol secundario y es normal que esté cansado de tanta suplencia. En este curso se le cuentan 1.474 minutos y muchos se hacían la pregunta de si el balcánico iba a estar dispuesto a seguir otra campaña así.

Es cierto que tiene 38 años y que la edad siempre suele hacer mella, pero lo que es más que evidente es Modric nunca se fue y que siempre estuvo ahí, en las buenas y en las malas. El mediocentro se llevó el recocimiento de su gente justo el día en el que volvía Ramos tras su salida el verano de 2021. Una noche más que amarga para el camero con la derrota.

Desesperación y bronca

Ya desde el inicio, el conjunto de Carlo Ancelotti, consciente de que tenía que resolver el partido lo más pronto posible, llevó la iniciativa ante un Sevilla que dejó hacer a los blancos. Lo curioso es que los hispalenses fueron los primeros en contar con una ocasión clara de gol en botas de En-Nesyri. Isaac Romero le puso una pelota franca en el área y el marroquí, a escasos metros de la portería, le pegó rematadamente mal.

La réplica del Madrid llegó con el momentáneo 1-0 y decimos esto porque el árbitro terminó invalidándolo. En-Nesyri perdió una pelota ante la presión de Nacho y Vinicius abrió rápidamente al lado contrario, donde Lucas Vázquez apareció para controlar la pelota y ponerla en el palo largo de Nyland. Los jugadores del cuadro andaluz protestaron una falta previa a En-Nesyri y Díaz de Mera, a instancias del VAR, fue a ver la acción al monitor. Tras casi cuatro minutos de espera, el trencilla no dio por válido el tanto.

El Bernabéu explotó y el partido se caldeó por completo. Cualquier falta en contra y a favor de los blancos fue muy protestada. El colegiado estuvo continuamente en el ojo del huracán y todo a raíz de anular el gol. Eso terminó por desquiciar a los futbolistas, como el caso de un Kroos que vio la amarilla tras un cabreo morrocotudo.

Eso jugó en contra de un Madrid que tuvo el dominio, pero sin generar peligro sobre el área de Nyland. Sin ideas y sin ritmo no puedes llevarte un encuentro. Rodrygo y Vinicius aportaban soluciones, pero ellos solos no pudieron derribar el entramado defensivo de un Sevilla que estuvo muy serio atrás.

Es más, los Ramos, Badé y compañía se hicieron muy fuertes y más sabiendo que no tenían que marcar a ninguna referencia arriba, un '9' que es lo que más necesita el conjunto blanco. De hecho, la acción más peligrosa la protagonizó un Fede Valverde que se sacó un trallazo desde su casa que obligó al portero a intervenir.

Modric siempre estuvo ahí

Tras la reanudación, el Madrid empezó a encenderse, algo que pedía el Santiago Bernabéu a gritos. Se notó y mucho que el conjunto blanco aumentó las revoluciones y eso generó sufrimiento en un Sevilla que intentó contener a su rival a todas. Otra vez Valverde apareció con un tiro, esta vez en el punto de penalti que se estrelló en el palo izquierdo.

El charrúa dio un aviso serio al igual que lo hizo el equipo andaluz, que no marcó de milagro acto seguido. Una contra fulgurante de los visitantes terminó con un centro con el exterior de Ocampos y un remate de Isaac Romero que desvió con la rodilla derecha Lunin. El ucraniano estuvo inconmensurable y salvó el 0-1.

Esa intervención del guardameta provocó que el equipo fuera más incisivo y tanto Vinicius como Rodrygo no dejaron de intentarlo una y otra vez. Eran momentos de pura intensidad y hasta el árbitro sufrió, ya que tuvo que dejar su sitio al cuarto árbitro por lesión. Ya con el cambio de cromos, el guion de partido continuó igual.

Pese que el Madrid era dominador, Ancelotti no lo vio claro y decidió meter a Modric. El croata entró en el minuto 74 y en su primer intento, que llegó en el 81', se dio un baño de masas. Un despeje de la zaga fue a parar a Luka, que controló maravillosamente y que posteriormente ejecutó un latigazo que entró por el palo izquierdo. El clásico gol del balcánico de siempre.

El mediocentro se llevó el reconocimiento de todo el público y de sus compañeros, en un acto de respeto para un jugador que siempre pasará a la historia del conjunto blanco. Mientras tanto, los jugadores hispalenses protestaron a Carlos Férnandez por un posible fuera de juego previo de Rüdiger, que pudo haber interferido en la jugada. Pese a los reclamos, el trencilla se mantuvo firme en su decisión.

Tras ese gol, el Madrid dio un paso atrás y el Sevilla se animó para intentar empatar la contienda. Sin embargo, los 'merengues' estuvieron muy correctos a nivel defensivo y amarraron un triunfo que vale oro. El Barça se mantiene a 8 puntos y el Girona, que tiene que jugar todavía, pasa a 7 cuando restan 12 partidos para el final. Está en su mano.