Bellingham derriba el muro de Rönnow

El Real Madrid no entiende de imposibles. En un partido en el que parecía que se iba a quedar en blanco, el conjunto de Carlo Ancelotti se hizo con los 3 puntos gracias a un gol de Jude Bellingham.

Hasta ese momento, Rönnow había sido el mejor jugador del partido. El cancerbero del Union Berlin había frenado todas las acometidas de un Real Madrid que solo jugó en la segunda parte, y que regaló la primera.

Pero Bellingham tiene duende. Tiene esa suerte de los grandes jugadores. En un partido ramplón para el inglés, en el que apenas había tenido trascendencia, apareció en el sitio justo en el momento idóneo para aliarse con la suerte y meter el pie para firmar su primera gran noche europea en el Bernabéu.

La Champions es territorio del Real Madrid. El conjunto que más partidos ha jugado en la historia de la competición tuvo que derribar el muro en el minuto 95 ante un debutante, ante un Union Berlin que mostró una grata imagen en su estreno.

Una vez eliminados los primeros 45 minutos, con una amarilla en el primer minuto para los alemanes y otra naranja para Tchouaméni, el Real Madrid despertó tras el paso por vestuarios.

Rodrygo, desaparecido salvo en 10 minutos, probó a un Rönnow que desde entonces se hizo gigante bajo palos. Precisamente con la madera se alió para ver cómo hasta 2 remates, una por parte, se estrellaba en los palos.

Desesperado, Ancelotti tiró con todo para intentar franquear la muralla de hasta 9 jugadores. El Union Berlin entendió que el partido pasaba por defender e intentar correr, pero ni eso pudo.

Una y otra vez, el Union Berlin achicó aguas. Bonucci, como si fuese un juvenil, sacaba todos los balones en el área chica. Y si no llegaba, ahí estaba Rönnow para desquiciar a la grada y al propio Bellingham.

Faltaba la mística, faltaba el rey de la Champions, faltaba la última. Aquellos que llaman el espíritu de Juanito pero que no es más que llegar y llegar hasta acabar con el rival. Y, en la jugada con más suerte, con 2 rechaces en el área, apareció Bellingham para firmar su primera gran noche en Europa.