La Real se quita el polvo

Las aguas andaban revueltas en San Sebastián, de eso no hay duda. La derrota en el derbi vasco y la poca fiabilidad en casa (solo 2 victorias en 8 encuentros) desataron los nervios entre la afición 'txuri-urdin', que aguantó la mala primera mitad de su equipo para poder disfrutar de una alegría más que necesaria.

Y eso que desde los primeros compases del choque se pudo ver el poderío del Ajax. Eso sí, los de Imanol le pusieron ganas y coraje, con una presión elevada en busca de robar la pelota cuantos antes.

Sin embargo, los errores individuales acabaron pasando factura a los locales. Primero fue Sucic, que perdió la pelota de espaldas y en una zona comprometida, y después, Aguerd, que le entregó el esférico directamente a su rival, que se quedó solo ante Remiro, pero su disparo cruzado fue bien repelido por el internacional español.

La Real estaba sufriendo a balón parado. Todos los balones eran rematados por futbolistas del conjunto neerlandés y la zaga  realista no hacía más que transmitir dudas. Tampoco dio muchas más esperanzas la delantera, ya que todas las jugadas que se finalizaron fueron sin peligro aparente para Pasveer.

El ejemplo claro se pudo personificar en Mikel Oyarzabal. El delantero, pese a ser todo un héroe el pasado 14 de julio con España, con su equipo no termina de encontrar el equilibrio. Prueba de ello fue su desconexión continua y falta de puntería. La tuvo en el 43', pero el capitán 'txuri-urdin' remató mal en una acción con todo a su favor en el borde del área chica.

Sobrevivió la Real a los primeros 45 minutos con el 0-0 y comenzó el segundo acto como si fuese un equipo nuevo. Se quitó el polvo y empezó a relucir con un mejor juego y mayor presencia en el área contraria.

Pese a ello, al conjunto dirigido por Imanol Alguacil le siguió faltando algo de puntería y concreción. Y cuando mejor parecía estar el cuadro local, el Ajax tuvo en su poder el 0-1. Contragolpe que finalizó Fitz-Jim con un disparo cruzado que se estrelló en la madera.

Ahora fueron los 'txuri-urdin' los que sacaron partido al balón parado, con un centro medido de Brais Méndez a la cabeza de Aramburu, que remató la pelota al fondo de la red, aunque el tanto no subiría al marcador, ya que el internacional venezolano partió en posición adelantada. Pero esto solo fue un aviso de lo que vendría poco después.

En el 67, una jugada entre Aramburu y Kubo por la derecha acabó con el centro del nipón al segundo palo y la aparición estelar de Barrenetxea, que solo tuvo que empujar la pelota para colocar el 1-0 en el marcador.

Se creció la Real tras el gol y comenzó a transmitir toda la seguridad que no había demostrado hasta entonces. Además, aíslo al Ajax, que no cuajó un buen segundo tiempo y perdió fuerza y llegada a la meta rival. Así, cuando el partido ya había entrado en su recta final, los pupilos de Imanol pusieron la sentencia.

Take Kubo recogió la pelota en la derecha y comenzó su cabalgada en solitario. Dribló a todo defensor rival que salió a su encuentro y, desde el interior del área, se sacó un disparo cruzado al palo largo para que el 2-0 subiese al electrónico.

Anoeta fue una auténtica fiesta, más si cabe con el pitido final que certificó los tres puntos y la victoria realista. Una alegría necesaria en San Sebastián, que mete de lleno a los de Imanol en la lucha por la siguiente ronda y, sobre todo, llena de moral a unos jugadores que parecía haberla perdido tras los últimos resultados.