Los sones de la Champions suenan en Anoeta
![Los sones de la Champions suenan en Anoeta. EFE](https://cdn.resfu.com/media/img_news/takefusa-kubo--c--celebra-un-gol-en-el-real-sociedad-real-madrid-de-primera-division-2022-23--efe-juan-herrero.jpg?size=1000x&lossy=1)
Empieza a tocar la Real Sociedad los sones del himno de la Champions League. Esta Real de Imanol Alguacil se aprovechó de un Real Madrid ausente que se presentó en cuerpo, pero no en alma.
Era un partido más importante para el cuadro 'txuri-urdin' de lo que dice la clasificación. Es cierto que el cuadro de Ancelotti llegaba con bajas, pero ganar al vigente campeón de Liga y Champions siempre da prestigio.
Ancelotti ya dejó claro desde el inicio que este partido le importaba poco, pero quería aun así la victoria. Dejó a la defensa titular, pero varió en ataque para que Mariano, desaparecido en la temporada, también desapareciese como '9' en el partido.
El aficionado podía estar perdido con la jornada en la que estaba, pero sí lo hacían los jugadores de una Real Sociedad que empieza a tocar con la palma de las manos la máxima competición continental.
El Real Madrid estaba, pero no estaba. Se vio perfectamente en el gol de Kubo, pero también antes. Militao, tan bueno cuando se juega algo como terrorífico cuando no tiene nada en juego, le regaló el gol más fácil de su vida a un Kubo que solo tuvo que estar más despierto que el resto y empujar la pelota.
La Real, eso sí, se había hecho dueño del partido antes. De la mano de Silva, un jugador de 37 años que sigue dando clases en cada partido que juega. De la mano de Kubo, la magia de un futbolista llamado aún a hacer grandes cosas. Y de la mano de un Zubimendi que tiene las llaves del centro del campo de España.
El gol de Kubo, al inicio de la segunda mitad, acabó con todo plan que pudiese tener Ancelotti. No esperaba el italiano ni la desconcentración de su equipo, ni la actuación de un Pulido Santana que no gustó a unos ni a otros.
El colegiado canario se comió un penalti de Militao a Oyarzabal, y expulsó, de forma injusta, a un Carvajal que vio una amarilla por aplaudir y otra por cortar bien un balón, si bien apreció que llegó tarde a la acción.
Con la expulsión, el Real Madrid desapareció por completo. Nadie, ni siquiera un Rodrygo que ansiaba jugar por la izquierda, apareció en un equipo que seguía pensando en Sevilla... y en el City.
Barrenetxea puso el lazo a un triunfo merecido de una Real Sociedad que, a la espera de lo que haga el Villarreal, puede haber dado un paso de gigante para estar en la próxima edición de la Champions League.