Papelón real

La Real Sociedad sigue pasando por un buen momento. El conjunto donostiarra firmó su segunda victoria consecutiva después de ganarle la partida al Sevilla, que continúa metido de lleno en un bache de resultados que veremos si es capaz de salir. Los hispalenses encadenaron su 6º partido consecutivo sin sumar los tres puntos.

Tras el adiós de Mendilibar, Del Nido Carrasco y Pepe Castro le dieron el testigo a un Diego Alonso que no termina de convencer. El uruguayo ha dirigido a los andaluces en 8 encuentros -4 empates y 3 derrotas- y solo ha sido capaz de ganar 1, el de primera ronda de Copa del Rey frente al Quintanar.

Al técnico se le está acabando el crédito porque el cuadro rojiblanco no termina de salir de la parte baja de la clasificación -es 15º con 12 puntos-, pese a que el equipo maquilló su papel en el segundo acto tras un primer tiempo desastroso. Los futbolistas pasaron de no estar a la altura a meter miedo a la Real Sociedad, a la que le bastó los dos goles iniciales.

La Real maniata al Sevilla

El Sevilla no termina de ofrecer por completo su carácter aguerrido, algo que solo se vio en los últimos 45 minutos. Los hispalenses no se pueden permitir ser tan irregulares porque la necesidad por ganar es imperiosa. No hay más que ver los primeros 45 minutos. Dominio absoluto de los realistas, que ahogaron incluso a los andaluces con una presión intensa.

El primer golpe local llegó a los 3 minutos en una falta lateral. Barrenetxea, que vio que Dmitrovic dejó un hueco enorme en el lado derecho, buscó el golpeo directo y el serbio respondió bien, pero la pelota tocó en la espuela y entró dentro de la portería. Mala suerte y 1-0 en el marcador.

El Sevilla quería reaccionar, pero no encontró el camino y se encontró con el 2-0 en el 22'. Sadiq tiró hasta dos amagos a dos rivales distintos, se abrió a la derecha y se sacó un latigazo que entró por toda la escuadra. Chicharro del nigeriano, el primero que anota desde que superó la grave lesión de cruzado.

Mazazo para los rojiblancos, que pidieron a gritos la llegada del descanso para hacer un lavado de cara. El primer acto se le hizo muy largo al equipo hispalense, que estuvo cerca de poder encajar más de un gol.

Del orgullo a la alerta real

Tras la reanudación, los andaluces cambiaron completamente su imagen. El Sevilla ya no era un equipo ramplón, sin alma y sin corazón. Las cosas fueron diferentes, con una mayor presencia en campo rival y con la generación de un pánico real en el conjunto donostiarra.

Pese a que los realistas estaban ejerciendo una fuerte presión en la salida visitante, los de Diego Alonso fueron capaces de deshacerse de ella y a los 60 minutos se metieron en el encuentro. Pedrosa centró, En-Nesyri cabeceó y Le Normand, delante del marroquí, desvió lo justo para que la pelota acabase dentro de la portería.

Había margen -quedaban más de 30 minutos- para poder no solo empatar, sino incluso ganar. El Sevilla dominaba claramente y se dejaba ver constantemente en el área contraria. De hecho, el propio En-Nesyri, 6' después del 2-1, estrelló el esférico en la madera tras un pase al punto de penalti de Ocampos.

Ahí se salvó la Real en primera instancia y luego ya en la recta final, con las expulsiones de Ramos y Jesús Navas. El camero vio la roja directa por una entrada a la altura de la tibia de Brais Méndez y el de Los Palacios y Villafranca le dijo al línea que tenía mucha cara. Con 9 ya era misión imposible el poder sacar un punto y así fue. Victoria vital para los de Imanol y golpe duro para el Sevilla.