Galtier no ha mejorado a este Paris Saint-Germain. Segunda derrota en las últimas tres jornadas, pero ya lo peor no son los resultados, pues al final ganará seguramente esta Ligue 1. Lo peor son las sensaciones de un equipo que, por muchos momentos, se arrastra por el campo.
Y eso que el once era bastante competitivo, con alguna que otra sorpresa, como Emery en el doble pivote con Vitinha y Ekitike en punta de ataque, sustituyendo a Mbappé, que esta vez se quedó en el banquillo de inicio, aunque luego salió en la segunda parte.
Enfrente, un equipo de Europa en Francia, un Rennes que llegaba de caer ante el Clermont por 2-1 en la Liga Francesa. Y dio el primer aviso a los siete minutos, con el remate de Gouiri que tuvo que despejar Donnarumma, protagonista en varias ocasiones durante los 90 minutos.
Messi y Vitinha amenazaron con sendos disparos lejanos que se perdieron muy desviados. Con el balón, nada de nada. Solo el Rennes llegaba a proponer algo de fútbol en ataque, como el chut de Kalimuendo en el minuto 27, a centro de Doué.
Nada más comenzar la segunda parte, buena oportunidad para Sergio Ramos de cabeza, pero repelida por Mandanda. Pero la cosa seguía igual para el PSG, mientras el Rennes mordía en territorio rival y Majer probaba fortuna con un disparo lejano y peligroso para Donnarumma.
El único tanto apareció en el 65' de juego, cuando Truffert encontró espacio por línea de fondo, dejó sentado a Achraf, que acababa de entrar, y asistió atrás para el remate potente de Traoré. Fiesta absoluta en el coliseo del Rennes, que se veía muy superior al campeón de Francia.
Tardó en reaccionar el PSG. Hasta el 80', con Mbappé, Neymar y Messi sobre el terreno de juego, no se notó de verdad la superioridad parisina, pero fue demasiado tarde. Bernat y Fabián rozaron el empate, Neymar se peleó con un rival y el Rennes se quedó con un triunfo de moral.