Yeray rompe la coraza de Nyland

Los buenos fueron los que le dan la espalda a la portería, pero acabó ganando el que le mostró la cara al gol. Yeray Álvarez rompe la coraza de Orjan Nyland en la victoria por 0-1 del Athletic Club sobre el Sevilla en la jornada 28 de Primera División. En una oda a los guantes, el central surcó los cielos del Ramón Sánchez-Pizjuán en el minuto 84 para cabecear el 14º triunfo en Liga del conjunto de Ernesto Valverde. Con el dulce recuerdo de la Europa League, los 52 puntos que ya lucen en San Mamés aumentan la distancia respecto a sus perseguidores en la intensa maratón continental.
El guardián de Nervión fue el gran protagonista de la tarde por el penalti que le paró a Mikel Vesga como consecuencia de la mano de Saúl Ñíguez a la salida de un saque de esquina. De hecho, los invitados le recriminaron a Pulido Santana, quien no le mostró la segunda tarjeta amarilla al capitán de los anfitriones. Otro que tuvo mucho que ver en el destino final fue Unai Simón. De no ser por el titular de la Selección Española, quizás la historia hubiera sido otra. Hasta 3 intervenciones de mérito cuajó antes de que Álex Berenguer le abriera las puertas del triunfo al zaguero realizador.
Los visitantes arrancaron la contienda con más fuerza. Quizás en una inercia impulsada por la remontada a la Roma en la Europa League. Los 'leones' quisieron mantener esa efervescencia y Orjan Nyland se disfrazó de aliado. Cuando se dispuso a golpear de volea, temió tocar a Iñaki Williams y dejó botar el esférico en el césped. Y volvió a contactar con el balón con la palma... fuera del área. Esa falta en el balcón del área fue un regalo inesperado que, por culpa del larguero, no significó el 0-1. El travesaño le fastidió un golpeo inmaculado hacia el lado más lejano de Álex Berenguer.
A partir de aquí, el respeto por el error se quedó en el ambiente. Y el plan de García Pimienta no conseguía carburar con la salida del esférico desde atrás. Pese a ello, Chidera Ejuke tuvo 'chance' de salir al contragolpe por el sector izquierdo. En una de sus intentonas, caracoleó dentro de la jaula y cayó al césped. Ni Beñat Prados ni Unai Núñez cometieron pecados y no se produjo nada punible. Lo mismo no pudo cantar Saúl Ñíguez, cuya mano se excedió en un saque de esquina y el VAR llamó a Pulido Santana para revisar la imagen. Ni dudó nada más que la vio y señaló los 11 metros.
Mikel Vesga se dispuso a elevar el 0-1 en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero Orjan Nyland protagonizó el acierto que enterró su error del comienzo. Le marcó al lanzador su lado derecho -el izquierdo en el ángulo del golpeo-, se deslizó con todo hacia él y sacó un guante prodigioso para despejar el peligro. En el rechace, su defensa se las apañó para neutralizar la amenaza. Y con esta tensión, el colegiado indicó el camino del túnel de vestuarios. Entre tanto, los futbolistas vascos recriminándole al 'trencilla' la amonestación que le perdonó al '17' local, quien ya tenía tarjeta amarilla en su contador.
Ese fue el detonante por el que García Pimienta actuó en el descanso. Sin contemplaciones, el técnico del Sevilla sacó a Albert Sambi Lokonga en la reanudación por el hombre que arrancó la tarde con el brazalete de capitán. Y nada más empezar la segunda mitad, Dodi Lukébakio recuperó sensaciones ofensivas con un recorte hacia dentro y su correspondiente disparo de zurda que atrapó sin problemas Unai Simón. El mismo que salió con todo a la salida de una falta lateral para blocar y garantizar la estabilidad del Athletic Club en el encuentro. Nadie renunciaba a dar el golpe.
El guardián de Luis de la Fuente en la Selección Española calentó a su manera para la ventana internacional que se avecina. El '1' se hizo gigante en un mano a mano con Chidera Ejuke sacando a relucir su rodilla izquierda y la capacidad de achicar huecos. El seguro de vida vasco también estuvo atento y felino de reflejos para amargar el disparo envenenado de José Ángel Carmona, quien buscó sorprender doblando por el flanco diestro. Ante las circunstancias explicadas, García Pimienta y Ernesto Valverde se pasaron al tablero de ajedrez. Rienda suelta a los movimientos desde fuera.
Sin complejos, el 'Txingurri' revolucionó su centro del campo al completo con Mikel Jauregizar, Íñigo Ruiz de Galarreta y Nico Williams. El héroe de la remontada ante la Roma en San Mamés probó fortuna con un zurdazo seco dentro del área que atrapó en 2 tiempos Orjan Nyland. En los hombres de blanco, se quiso algo distinto con Juanlu Sánchez y Rubén Vargas en liza. Precisamente, en la primera internada por línea de fondo del suizo, Djibril Sow cazó una volea tras el rechace rival y la mandó a la grada. Su último acto antes de perderse el 'Gran Derbi' tras el parón por sanción.
Hasta que llegó el punto de inflexión en el minuto 84. Cuando Yeray Álvarez, a base de paciencia y cabeza, aprovechó un caramelo medido de Álex Berenguer a pelota parada para comerse a la zaga local y sacar un testarazo inapelable. La única manera posible de penetrar en las grietas del muro de Orjan Nyland. Ya con el 0-1 en el silencio sepulcral de Nervión, Akor Adams y Stanis Idumbo saltaron al tablero en busca de un milagro que nunca llegó. Eso lo pudo cambiar Dodi Lukébakio, pero su zurdazo desde el rincón del área alcanzó la grada y no los palos de la portería de Unai Simón.
El Athletic Club contó los minutos del añadido sin grandes apuros y se llevó la victoria de la capital hispalense. Un 0-1 que se extendió en el espacio temporal posterior a la machada en la Europa League frente a la Roma. No solo ata con tranquilidad su plaza garantizada de Champions League. También se ha ganado el derecho a soñar con levantar el trofeo de la fantasía en su casa. Yeray Álvarez ha sido el único capaz de romper la coraza de Orjan Nyland, el nombre propio de la contienda. No le bastó para que su Sevilla sumase, sí para escribir su nombre con tinta fija en la Liga.