El Sánchez-Pizjuán acabó al borde del motín en la visita del Atlético por la séptima jornada de Liga. Los de Julen Lopetegui, en el día en el que podían dar un golpe sobre la mesa ante un rival de nivel para sentar la base de un cambio de dinámica al fin, perdieron por 0-2 merecidamente. Sin ideas, se vieron superados por los 'colchoneros'.
La afición local se mostró indignada ya desde las primeras veces en que los suyos mostraban una nula capacidad para poner en apuros a Jan Oblak, pero más tras encajar. Su paciencia duró lo mismo que los rojiblancos en abrir la lata. Poco antes de la media hora inicial, Marcos Llorente firmaba el 0-1, que anticipaba otra tarde aciaga para los hispalenses.
Los del Cholo Simeone, que alimentarían el marcador de nuevo más tarde con una diana genial de Álvaro Morata, fueron mejores en todas las líneas. No permitieron internadas de peligro y tiraron de varios recursos para echar abajo la defensa contraria. Al principio, primaban los centros desde las bandas; luego, el juego directo entró en escena.
Entretanto, los alrededores de la portería de Oblak tan solo recibían bien disparos interceptados por la zaga o bien internadas que cortaba algún jugador del Atlético. A esta falta de ideas y de alternativas para hacer daño, con Dolberg como referencia tibia y Lamela como uno de los que más trató de cambiar la dinámica, no se le encontró solución en ningún momento.
Tan solo en los compases finales, cuando los 'colchoneros' dieron un paso atrás para descansar en su 0-2 y terminar de dar forma a la victoria, pudieron los andaluces acercarse al gol. Un testarazo de En-Nesyri que obligó a Oblak a firmar una bonita parada abajo, la mejor oportunidad de unos hispalenses que llegaron demasiado tarde.
El sabor de boca es pésimo en el Sevilla, que sigue en las inmediaciones de la zona de descenso y no pudo darle continuidad a las buenas sensaciones que hubo, en ciertos momentos, frente al Villarreal. Puede que esta derrota detone la destitución de Julen Lopetegui, aunque la hinchada parece más indignada en líneas generales, es decir, más con la presidencia que con él. Hasta se la escuchó pedir que el técnico se quedara.
Para el Atlético, resultado ideal. Después de la derrota en el derbi contra el Real Madrid, era necesario volver a la senda del triunfo aprovechando el mal estado de forma de un rival del que aún se espera que alcance los puestos europeos antes de que termine la campaña. Los rojiblancos, en todo caso, aún deben apretar para no depender de otros en su búsqueda de la Champions.
Marcos Llorente, animado; Morata, acertado de nuevo
Los goles del Atlético de Madrid responden a dos futbolistas que se mostraron en un gran estado de forma. Marcos Llorente fue uno de los más animados en el ataque rojiblanco y Álvaro Morata dio continuidad a su gran trabajo con la Selección Española frente a Portugal. No se dejó ver demasiado, pero lo compensó con un golazo.
Mucho antes, en el 29', su compañero aprovechó un error del Sevilla en la salida de pelota. Los del Cholo recuperaron el cuero cerca de la caja de Bono y Koke, quien lo recibió, transitó hacia el otro lado del campo, donde esperaba el '14'. Este, ante un Telles que acababa de entrar al campo por Rekik, lesionado, recortó ante él y abrió la lata a tiro cruzado.
Ya en la segunda mitad; en el minuto 57, concretamente, Morata firmó la sentencia ante la incapacidad hispalense para generar y la necesidad de los suyos de matar el partido. Cazó un envío de Oblak desde su meta, lo peinó para asociarse con Cunha y este le devolvió el cuero, que usó para superar a Bono con una picadita de mucha calidad.
De ahí en adelante, se dio la serie de intentonas antes mencionada con la que los nervionenses acabaron igual de frustrados que antes y se confirmó la victoria visitante. Malísimas noticias en un Pizjuán indignado y tres puntos que viajan a un Cívitas Metropolitano que acelera para estar de nuevo entre los puestos más nobles de la Liga.